Bodas de oro
Fecha: 27/09/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... éxito nuestra ahijada. “Sí, tan genial como su padre”, le dije acordándome de mi duda sobre si ella era hija de Saúl o no (como relaté al final de “Quiero hacer un gato”). “Bueno, la idea fue de Eduardo y ella la desarrolló y la llevará a la práctica, ambos son los autores”, contestó evadiendo por completo que Saúl fuese el padre (¿ya le habrá hecho examen de ADN?).
Se llegó la noche del festejo. Tanto Othón como Pablo les dijeron a sus esposas que estarían trabajando toda la noche en la editorial de Eduardo, cuyas oficinas están en un anexo a su casa, y que regresarían a la mañana siguiente. En efecto, trabajaron tres horas bajo la dirección de la hija de Eduardo. Ella se despidió al estar todos de acuerdo en la mecánica de trabajo desde casa, y los dejó para arreglar lo de los contratos, los cuales firmaron y Eduardo los invitó a pasar a su casa para la celebración. Adriana había aceptado ir a la casa de su hermana para pasar con ella el fin de semana en San Juan del Río, donde la recogería Eduardo el domingo. ¡Toda la casa para nosotros cinco!
Cuando Saúl y yo llegamos ellos platicaban animadamente sobre lo que sería el proyecto. La mucama nos llevó a la sala y Eduardo le pidió que sirviera el champaña y que al terminar que se fuera a dormir.
–Les presento a Saúl, mi esposo, ya se conocían, aunque nunca hubieran intercambiado más que un saludo. También ya conocieron a Eduardo, otro de mis amores. Me faltan dos, pero ellos ya no están entre nosotros –dije ...
... quebrando la voz.
–La razón de esta segunda reunión es para celebrar las bodas de oro, donde nosotros somos el regalo que ella le pidió a Saúl –dijo Eduardo dándonos una copa de champaña a cada quien–. ¡Salud por Tita y Saúl! –dijo levantando la copa y tomamos un trago después de decir “salud”.
–En nombre de Tita, y especialmente en el mío, quiero agradecerles su presencia y agradecer a Eduardo la afortunada razón que nos reunió. ¡Salud! –dijo Saúl y volvimos a brindar.
–Amores, estoy feliz de poder cumplir este deseo, gracias a todos, pero quiero hacer un brindis por dos ausentes: Roberto y Joel –dije y empecé a llorar.
Saúl me abrazó, me dio un beso en la frente y levantó su copa diciendo “¡Por Roberto y Joel!”. Todos brindamos, aunque en las caras de Othón y Pablo se notaba que no sabían de quiénes hablábamos, pero era evidente que se trataba de los socios que ya habían muerto.
Eduardo trajo un carro de servicio donde estaban unas ricas viandas. Y prendió una pantalla donde aparecieron algunas escenas de película y fotos de mi boda, incluso de las invitaciones y la luna de miel. “No lo he visto, mi hija lo editó con mucho cariño para ustedes”, explicó Eduardo. Al terminar, aplaudimos y Eduardo nos había vuelto a llenar las copas.
“Salud por el que se la llevó y después de tantos enredos aceptó compartirnos de su manjar”, expresó Eduardo y Saúl me bajó la parte superior del vestido, como no traía sostén, cayeron mis tetas pesadamente. “Los invito a que remojen sus ...