1. Los pies de mi crush madura


    Fecha: 01/10/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Docrates, Fuente: CuentoRelatos

    Hace 4 años rentaba un departamento en un edificio, yo vivía en el primer piso y Verito vivía con su hijo en el departamento que está justo arriba del mío. La primera vez que la vi pensé que ella tenía unos 32 o 33 años y no me pareció raro que tuviera un hijo como de unos 7, lo que sí me extrañó es que nunca la vi con un vato por lo que pensé que era mamá soltera.
    
    Verito mide aprox. 1.65 m. de estatura pero con unas caderas maravillosas, morenita, ojos grandes, cabello negro y lacio, siempre vestida entallada y calzado abierto.
    
    Yo salía a las 7:30 a.m. para ir al trabajo justo a la hora que ella también, bañada en su fragancia sensual y con un maquillaje discreto pero que la hacía ver muy linda. Todas las mañanas bajaba apresuradamente las escaleras y se subía a su auto, algunas veces la saludaba cuando nos encontrábamos en las escaleras o en el estacionamiento pero no me respondía, era una chica muy difícil de conquistar. Yo me conformaba con salir todos los días del edificio detrás de ella y tratar de grabarme sus curvas en la mente, pero sobre todo esos hermosos pies delgados y morenitos que me enloquecían, siempre arreglados y decorados, cada semana tenía un esmalte distinto. Nunca le había visto los pies completamente desnudos por eso era una obsesión ir corriendo a la ventana cada que escuchaba que alguien salía de su departamento.
    
    Pasaban los días y yo salía tras de ella tratando de decirle "buenos días" para empezar una conversación, pero sólo tenía unos ...
    ... minutos de ventaja antes de que se subiera rápidamente a su auto, así fue durante poco más de un año.
    
    Un día estaba practicando con mi guitarra eléctrica y de pronto alguien tocó el timbre; dejé la guitarra, abrí la puerta y ¡oh sorpresa! Era Verito, hermosa vestida como nunca la vi: llevaba un pijama blanco un poco holgado, blusa de tirantes y esos hermosos pies completamente desnudos y descalzos. Mi obsesión con mirarle los pies pronto me metió en una escena incómoda, pues al abrir la puerta y mirarla, automáticamente mi vista se dirigió a sus pies y se quedó fija un par de segundos hasta que encogió los dedos en señal de incomodidad. Subí la mirada a sus ojos y la saludé, me encontré con su cara ruborizada de pena, quizás porque para ella no era aceptable ser vista así de sencilla. Me dijo:
    
    —Buenas tardes vecino, un favor... ¿Puedes bajar un poco el volumen de tu amplificador? Mi hijo y yo estamos estudiando y no nos concentramos mucho...
    
    —Claro, perdón por el escándalo—. Dije apenado mientras desconectaba la guitarra del amplificador.
    
    Ella me agradeció y dio media vuelta hacia su departamento, casi desesperado pregunté que qué estaban estudiando. Ella volteó y dudó unos segundos si responder o no.
    
    —Matemáticas... operaciones con fracciones, para ser exactos, nada más no le entiende mi hijo.
    
    Sin dudarlo me ofrecí a ayudarles diciéndole que soy ingeniero y que eso era algo insignificante para mí. Ella dudó un momento pero terminó aceptando mi oferta.
    
    —Está ...
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