Tropa Loca (4)
Fecha: 10/10/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... ambulantes”. Cuando ella llegó, me lo entregó ya dentro de una bolsa que tenía ése y otro disco más, además me dio el comprobante de pago, diciéndome “Ya están pagados”.
–Yo sólo le pedí uno, además, aún no lo pago –señalé.
–Pero yo ya los pagué –me dijo, atrás de mí, una voz varonil que parecía a la de un locutor de radio UNAM, o de Radio Educación. Lo vi, guapo, fornido, alto, bien vestido, rasurado y peinado, pero no lo reconocí.
–¿No te acuerdas de mí? –preguntó y extrajo de la bolsa un LP de los Apson con el título “Fuiste a Acapulco”–. Soy Pepe Silva, y esa canción quedó pegada a mi historia.
En ese momento entendí quién era el sujeto y recordé a aquel joven lampiño ahora convertido en un rico melocotón que daban ganas de encuerarlo en ese momento. “¡No puede ser! ¡Cómo has crecido y qué guapo estás!”, exclamé y lo abracé. Él también me abrazó. “¿Tienes tiempo de platicar?, me gustaría recordar lo nuestro”, me dijo con voz melosa. “Sí, a mí también” dije y, tomados de la mano, subimos a la cafetería de allí para actualizarnos.
–¿Tú sólo jugaste conmigo o sentiste algo más? –me soltó, cambiando la plática.
–Éramos muy jóvenes, y tú más… –dije a manera de disculpa.
–Los muchachos decían que sólo te gustaba jugar con nosotros para calentarnos. ¿Hiciste el amor con alguno de ellos? –preguntó directo.
–En esa época, no –contesté ambiguamente, pero para entonces ya me había tirado a dos de los compañeros y no le iba a decir a quiénes.
–Contigo, ...
... con la más hermosa y tetona de la prepa, tuve la primera experiencia sexual de mi vida. ¡Me marcaste! Te he tenido recurrentemente en mis sueños, pero ahora que te veo más hermosa que antes, quiero pedirte que sosiegues mis ganas de ti, ¿Habrá oportunidad? –espetó enfáticamente, sin trabas ni vueltas, pero muy seguro de lo atractivo que él era para mí en ese momento. Lo miré, le acaricié su rostro cargado de indagación.
–Sí, pero tiene que ser ahora, y antes de las siete –precisé, recordando que mi hermana cuidaba a los niños mientras yo salía de compras.
No dijo más, me tomó de la mano y abrazados fuimos a recoger su auto. No me preguntó más. Pero en ese momento recordé que me esperaba Eduardo, mi amante, en su departamento. “Ni modo, pero a este rorro yo me lo tiro” me dije a mí misma. Nos subimos al auto y fue al mismo hotel, a la salida de la carretera vieja a Cuernavaca, al que cotidianamente me llevaba Felipe, el primero de los compañeros de la Tropa Loca que me había tirado y que durante años seguimos haciendo lo mismo. Como casualidad, no sólo fue el hotel, sino que la primera vez con Felipe, también dejé plantado a Eduardo.
En el hotel, sin más preámbulo que un beso, Pepe me comenzó a desvestir y yo hice lo mismo con él. Me encantó el cuerpazo musculoso y marcado en los músculos, el cual acaricié y besé a mi antojo mientras yo me dejaba llevar por sus caricias.
Me cargó de pie y me subió hasta llevar mi pubis a su boca. Yo reía y le suplicaba que me bajara ...