1. Toda una señora puta...


    Fecha: 18/10/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... dinero. Cada uno quería mantener el control sobre el otro y se faltaron al respeto. El tipo estaba arrepentido, me pidió consejo y conversamos mucho tiempo, me pareció. Y llegué a pensar que con él la cosa no iba a pasar de ahí, pero no paso mucho tiempo hasta el momento en que me dijo que quería subir conmigo a la habitación. Y ya estando allá, el tipo muy respetuoso, esperó que yo me acomodara en la cama, se montó encima de mí, me penetró, eyaculó y ya. La cosa fue más bien rápida. Nos despedimos y cada uno por su lado.
    
    Estaba recién saliendo de la habitación, cuando Magda, con otro señor, me esperaba en el corredor. Es un cliente habitual, Laura, por favor, trátalo con cariño, me dijo. Ahí los dejo. ¡Claro! Si señora, le contesté. Saludé al señor y le pregunté por qué se había decidido por mí. Me dijo que era cliente habitual y que Magda le había dicho que había una señora nueva, que tal vez podría interesarme. Así que la acompañé y, cuando te vi, me pareció bien. Y ese caballero, igual que el anterior, no hizo demanda alguna. Simplemente me desnudé, me recosté en la cama, abrí mis piernas y ahí llegó. Muy blancuzco para mi gusto. Su verga era larga. La cosa estuvo bien también. Nada del otro mundo, pero rico.
    
    El otro fue un muchachito. Muy enérgico, eso sí. Yo creo que me quiso impresionar o tal vez se atrevió a hacer cosas que no hace regularmente con sus parejas. No lo sé. Primero me pidió que le hiciera un strip-tease, luego que le practicara sexo oral y luego ...
    ... que me dejara penetrarme mientras yo permanecía de pie. Y así lo hizo. Me coloqué de pie al borde de la cama, me incliné para apoyar los brazos en el colchón y así, en esta posición, me culeó hasta que se vino. Se movía muy rápido, con muchas variaciones en sus movimientos y, quien lo creyera, me puso a gemir.
    
    El otro señor me sorprendió por que era muy velludo. Parecía un oso. Trataba de ser muy simpático y alegre. Quería agradar y ser aceptado. Me dijo que quería hacerme el sexo oral. Le manifesté que aquello estaba prohibido. Pero insistió tanto que acepté que lo hiciera. Amor, el tipo maneja su lengua con una habilidad muy especial, tanto, que me hizo venir tan solo con sexo oral. Que ricura de caricias con su lengua. La sabe manejar. Dijo que aquello era su debilidad. Que le gustaba probar los jugos de las hembras. Y, para rematar, al igual que otros, terminó su faena penetrándome en posición de misionero. Su miembro no era muy grande, pero el contacto de su cuerpo velludo con el mío me puso a mil. Fue rico.
    
    El turno no pudo terminar mejor, porque el último cliente fue un señor muy esbelto. Tenía un cuerpo trabajado, con músculos firmes y una piel muy atractiva. Ese mulato, como todos ellos, tenía un miembro grande. ¡Que maravilla! Se sentó en la cama y me pidió que lo montara. Coloqué mis rodillas a lado y lado de sus piernas y me moví sobre él cuanto pude. Su miembro entró bien profundo dentro de mí y me lo gocé hasta que me vine. Y después, colocándome boca abajo ...