Nada se compara al amor fraternal
Fecha: 18/10/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... extendió y los delgados dedos con uñas cortas acariciaron los labios vaginales, mientras que la otra mano sostenía el vibrador que estaba ocupado estimulando el clítoris. La cuantía de placer iba en aumento, los resuellos se iban volviendo gemidos, el malestar iba siendo reemplazado por el bienestar y el nerviosismo se iba convirtiendo en relajación. La masturbación manual la encaminaba hacia el punto crítico.
Por más esfuerzo que hacía por alcanzar el culmen de la excitación, su cuerpo no le daba lo que quería. Aumentó la velocidad de los movimientos rotatorios y buscó mil formas de lograr lo que Alexa había logrado la noche que Sasuke le devoró la concha. La caverna vaginal estaba repleta de fluido y los dedos quedaban empapados al meterlos adentro. El placer era moderado y hasta parecía insoportable de a ratos, pero no era suficiente para hacerla gritar como una meretriz durante la accesión.
Julio pasó casi media hora bajo la ducha hasta que cerró el grifo y salió. Tomó una toalla blanca que siempre estaba colgada en un gancho metálico y se secó con ella. Lo malo era que la excitación no había mermado, la erección permanecía intacta pese a haber dejado atrás la fantasía erótica. Se puso la misma ropa que había dejado encima de la mochila del retrete, salió del baño, se dirigió a la sala y se pegó un susto cuando vio una angelical figura sobre la otra cama.
—¡Ay, Rosana! —vociferó desconcertado al verla desnuda—. Y después dices que el pajero soy yo.
Una ...
... inconmensurable sensación de vergüenza lo domeñó, empujándolo hacia lo más hondo de la intranquilidad. Estaba preocupado por la situación actual. Creía que su hermana lo estaba poniendo a prueba para ver cómo reaccionaría al verla tocándose. Su verga aún seguía firme y con la uretra húmeda luego de la sesión de autoestimulación en el baño, y eso le preocupaba mucho. Un hombre excitado con una mujer desnuda enfrente siempre era un peligro, y más aun tratándose de un hombre lujurioso.
—Eres un pajero de mierda y lo sabes —le respondió con una mirada picarona y lasciva. Se detuvo un momento para hablar con él.
—Sí, pero yo no me pajeo enfrente de ti.
—Nadie te lo prohíbe —se lo dijo de forma tajante, como si le valiese verga lo que él hiciera.
—¡No seas sucia! —le pidió. Sus ojos se centraron en la parte baja del cuerpo femenino que tenía a menos de un metro. Un objeto extraño atrapado en las garras de esa mujer calentona le llamaba la atención—. Tú hasta porquerías te metes por el hoyo.
—Es un vibrador, tonto —le corrigió—. Y no me lo estoy metiendo adentro, lo estoy usando para calentarme.
—¿Y cómo se siente? —se lo preguntó a bocajarro, sin siquiera pensarlo.
—¿Quieres que te lo meta por el culo para saber cómo se siente? —le lanzó la pregunta para intimidarlo, creyendo que se retiraría de inmediato.
—No soy de los que se meten cosas ahí —rechazó la oferta—. Aunque debo admitir que no luces nada fea, hermanita —masculló sin darse cuenta.
—¿Qué dijiste? ...