Mi esposa y yo follados por mi sobrino (1)
Fecha: 26/10/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: tiotrio33, Fuente: CuentoRelatos
... sea mi mujer, una sonrisa muy marcada cuando empezó a llamarme. Una mujer muy pervertida en todo aspecto.
El celular sonó al otro lado de la puerta. Entré y me encontré con Caleb desnudo, su pene erecto aún más impresionante de lo que habíamos visto días antes.
- Es verdad, Caleb.
Le dije al verlo saltar a la cama para cubrirse.
- ¡No mames, tío, ¿cuánto llevas viéndonos?!
- Acabo de llegar.
- ¿No estás enojado?
Su tono cambió completamente, parecía estar arrepentido.
- No.
Le dije.
- Tu tía era muy conservadora antes, Caleb... yo la hice ser así. Lo que siento es vergüenza.
- ¿Por dejar que otros se la cojan?
Dijo, cubriéndose con una almohada el abdomen.
- Por favor...
Dijo mi mujer.
- No, Caleb, siento vergüenza por haberte metido en esto.
Hubo un largo silencio en el cuarto. Él miraba al suelo, yo lo miraba a él, mi esposa nos miraba a ambos... todavía con ojos de querer más.
- Fue cuando me vieron el pene, ¿verdad?
- Sí, Caleb, hasta a tu tío se le antoja probarlo.
Julia sonrió burlonamente y, a pesar de la seriedad del momento, gateó hasta estar nuevamente junto a Caleb en la cama.
- Si tu tío ya te dijo que no está enojado... ¿para qué te preocupas, amor mío?
Caleb no dijo nada.
- ¿No te excitaría dominarlo a él también? Mírale los pantalones, se mojó de semen...
Caleb se mostró un poco asqueado al darse cuenta.
- Y si en verdad acaba de llegar, se vino mientras tú me tratabas tan mal.
Empezó a ...
... reírse.
- Tío... perdón por cogerme a tu esposa.
- No te disculpes, Caleb...
- Y perdón, pero esto es tu culpa, así que si cuentas algo, le diré a mis padres de esto.
Y sin decir más, se descubrió el cuerpo nuevamente y puso a mi esposa a mamar su verga. Los huevos contraídos, esos 22 centímetros bien duros y venosos, y su mirada fija en mí. Sólo una vez otro hombre me había visto así: un muchacho joven que conocimos en Acapulco. Trató a Julia como basura y la hizo comparar nuestros miembros en repetidas ocasiones. Fue humillante, excitante y las corridas más intensas de mi vida también. Por eso, no me cupo la menor duda al ver la mirada de Caleb, que había ganado la lotería al darme cuenta que aquello iba a ser parecido.
- Tío, si me estoy pasando, dímelo.
Empecé a bajarme los pantalones.
- Tú síguele.
Al principio, Julia mamó con los ojos cerrados, disfrutando de la mitad de verga que le cabía en la boca, pero no tardó en abrir ese hermoso par de ojos marrones y empezó a verme. Los ojos de ambos fijos en mí.
- ¿Qué se siente verla disfrutar de mi pito, tío?
Estaba a punto de responder cuando levantó su mano para callarme.
- ¿Qué se siente saber que tu mujer está llena de mi semen?
Su tono denotaba malicia y excitación. Mi pene se endureció al verlo estirarse un poco para alcanzar la labia vaginal de Julia y untar sus dedos antes de mostrarme pesadas gotas blancas en la superficie de sus dedos.
- Se siente bien Caleb
Empezó a reírse ...