Fantasía en tres actos (1)
Fecha: 26/10/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Vaquita, Fuente: CuentoRelatos
... ¿Qué te atrae de ellas?
–El tamaño, la forma y los pezones guindas. Cuelgan exactamente como deben. Su consistencia y suavidad es mejor después de los embarazos. ¡Están perfectas!
–Hasta ahorita las conociste, así que no inventes –le preciso.
–El tamaño y la forma no se pueden ocultar, más en verano, cuando traes ropa ligera. El color lo he visto, no sólo algunas veces que estabas agachada sobre la mesa de trabajo. Se muevían generando líneas de ondulación sobre tu piel cuando estabas borrando algunas líneas del documento que elaborábamos. También, cuando traías una blusa blanca y un sostén de tela delgada, los pitones parecían ojos que me preguntaban ‘¿Te gusto?’ –explicó detalladamente.
Y sí, a veces me vestía así, pero me ponía un saco, que después, por el calor me tenía que quitar. ¿O me lo quitaba sólo frente a él cuando trabajábamos juntos en la mesa? ¿Habrá sido plan con maña que ideé inconscientemente? Lo cierto es que desde hace quince años, en que nos conocimos, él me atrajo, y creció todo al mirar cómo le brillaba la mirada al bamboleo de mi pecho.
–¿Aún puedes embarazarte? –me suelta de golpe la pregunta y yo titubeo por la profundidad de las consecuencias.
–No, la fábrica se cerró en mi segundo parto, además, a esta edad sería peligroso –contesto, dándole a entender que en el siguiente examen no será necesario el condón–. Mi ...
... marido sí probó mi calostro y la leche.
–¡Qué afortunado! Eso es delicioso… –dijo entornando los ojos.
–Se quedó con la costumbre de dormirse como bebé: con la teta en la boca. También así es delicioso… –le digo y siento en mi mano el movimiento de su pene bajo el pantalón, el cual no he soltado, a pesar de que la humedad continúa creciendo.
–Por fin llegamos. Aquí me bajo –le digo y, cuando abro la puerta para bajarme, resbalo mi mano a lo largo de su monte como despedida.
El auto queda oliendo a sexo por mis flujos y su presemen, percibo la diferencia cuando bajo y me da el aire exterior. Camino hacia mi casa y siento humedad exagerada en mis bragas, incluida una pequeña gota de flujo que escapa de ella y resbala en mi entrepierna.
Esa noche, cuando mi esposo duerme, escucho el chasquido del pezón saliendo de su boca y me pregunto por qué les atraerán las tetas grandes a los hombres. Las mías ya están bofas, pero Mario se extasió con ellas. También mi marido las alaba, y las disfruta. Algunas nacimos agraciadas y con suerte, me digo y empiezo a acariciarme masturbadoramente antes de quedar dormida…
Al amanecer, mi marido me despierta como muchas veces antes de que suene la alarma: el pito crecidísimo adentro de mí, y su boca y manos ocupadas con mis tetas. “Mámame, bebé”, le digo y recuerdo a Mario. ¿Cómo será tener a la vez una boca en cada una…?