Violado por la casera
Fecha: 27/10/2023,
Categorías:
No Consentido
Autor: Damian Rex, Fuente: CuentoRelatos
... que por favor ve agarrando tus cosas que aquí Julián va a sacar todos tus muebles a la banqueta.
—Señora, por favor… Haré lo que sea…
Al decir eso noté que algo cambió en su mirada. Apareció una sonrisa maliciosa y un cierto brillo en sus ojos que denotaba una especie de suave crueldad lasciva.
—¿Lo que sea? —preguntó, sabiendo muy bien que yo no tenía el poder de objetar a ninguna petición que ella me hiciera.
—Lo que sea. —dije intentando sonar a una de esas personas que cumplen su palabra, cosa que nunca he sido.
—Muy bien, —dijo ella, y lo siguiente que hizo fue probablemente lo que más me ha sorprendido en mi vida entera: se subió la minifalda hasta la cintura, se acostó en el sillón (el único sillón), levantó las piernas e hizo a un lado sus bragas. En esa posición, volvió a hablar con la misma prepotencia.
—Chúpamela. Chúpamela hasta que me venga y si lo haces bien podemos ver si te concedo otro plazo para que me pagues lo que me debes.
No sé cuánto tiempo pasó, seguramente unos pocos segundos, pero para mí fue eterno. Comprendí que no tenía ninguna otra salida y que si quería sobrevivir, no solo tenía que hacerle sexo oral a esta mujer, sino que tenía que hacerlo lo suficientemente bien como para hacerla venirse. Sin decir nada me puse de rodillas y comencé a chupar.
Inicié lentamente dando suaves lengüetadas superficiales desde el perineo hasta la punta de su clítoris, el cual aún se encontraba oculto entre sus densos vellos negros. Repetí ...
... esto varias veces abriendo muy gradualmente su vagina con cada nueva chupada. Debo decir que olía bastante bien, como si se hubiera bañado hace relativamente poco tiempo. La seguí chupando con un poco más de constancia, a veces moviendo la lengua cerca de la entrada de su vagina, a veces centrándome un poco más en el clítoris y escupiendo un poco ocasionalmente. Gradualmente fui notando cómo su clítoris se fue poniendo duro y escuché unos leves gemidos. Me decía “vas bien, qué rico”.
Decidí subir un poco la intensidad metiendo mi lengua en su agujero vaginal para luego continuar como lo venía haciendo pero más rápido y con más energía, ocasionalmente deteniéndome a succionar su clítoris. Entré a un ritmo en el que succionaba el clítoris mientras lo estimulaba con la lengua y luego lo abandonaba para chupar el resto de su vagina, sus labios menores y el interior de su agujero. Fui haciendo esto gradualmente con mayor intensidad, fuerza y velocidad. Me demoraba cada vez más segundos en el clítoris y las interrupciones para chupar el resto fueron cada vez más breves hasta que de pronto me encontré únicamente succionando y chupando el clítoris con toda mi energía.
Ella gemía constantemente, tenía sus manos agarrándome la nuca y de pronto, casi como fuera de sí, me dijo “¡méteme los dedos!”. Entonces introduje mis dedos índice y medio en su vagina y los comencé a mover dentro de ella para estimular su punto G, todo mientras seguía succionando su clítoris con todas mis fuerzas. ...