1. ¿Hay alguien ahí?


    Fecha: 29/10/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Spintria, Fuente: CuentoRelatos

    ... dejando ver gran parte de su culo. Cruzo al otro lado sin que me vea. Llego al recibidor. Busco en los cajones. ¡Ajá! Cinta americana.
    
    Cambio de planes. Vuelvo al salón. Me gusta la idea del sillón. Y llego al pasillo.
    
    Joder…
    
    8:30 am.
    
    ̶ Hijo de puta… ̶ pronuncio, rabiosa, después de soltarle un bofetón.
    
    Él, sorprendido, se toca la cara y encoje sus hombros.
    
    ̶ Me has dado un susto de muerte, imbécil ̶ le reprocho.
    
    ̶ Creo que me lo he currado… ¿no? Se trataba de sorprenderte y…
    
    Su carita de pena siempre funciona. Y, la verdad, tiene razón. Se trataba de sorprenderme. Hace semanas que salió el tema en una cena entre parejas de amigos. Ya ni me acordaba. Estuvimos conversando sobre fantasías. Pero no sobre las típicas fantasías recurrentes, sino sobre las que todos ocultamos en un rinconcito de nuestra cabeza y que tan solo se descubren tras unas copas de más. ¿La mía? Ser violada. Sorprendida, forzada e inmovilizada, para luego follarme bien duro, sin que yo pueda hacer nada. Claro que… debe hacerlo alguien que a mí me guste. Que me haga lo que me gusta. Y como a mí me gusta… claro. Eso no es que te violen. Eso es que un tío bueno te lea la mente, so zorra, contesta una de mis amigas entre risas. Y ...
    ... sí, creo que…
    
    ̶ Creo que sí… Te lo has currado, amor ̶ le digo, agradeciendo su esfuerzo.
    
    Le doy un beso. Abrazo a mi hombretón. Lo miro.
    
    ̶ ¿Y esa indumentaria? ̶ pregunto, sonriendo a modo de burla.
    
    ̶ Es mi indumentaria de malote ̶ contesta, orgulloso.
    
    Alejandro es aficionado a esas ridículas pelis de acción. Es más, si tuviéramos un gato, apuesto a que me lo habría encontrado esperando en el sillón del salón, acariciándolo e iluminado por una luz tenue a modo de villano. Seguro.
    
    ̶ ¿Cuándo volviste? ̶ pregunto, confusa ̶. ¿Y tus cosas?
    
    ̶ El avión aterrizó al amanecer. Tengo las maletas todavía en el maletero del auto…
    
    Yo solo asiento. No sé qué decir, visto el trabajo que ha tenido para llevar a cabo su plan.
    
    ̶ ¿Cuándo te diste cuenta de que era yo? ̶ pregunta, curioso.
    
    Yo sonrío.
    
    ̶ Al golpearte con el cucharón. Tus gestos. Tu manera de quejarte… Eres un poquito… niña.
    
    ̶ Ah… Está bien…
    
    Yo río. Río mucho. Y vuelvo a besar sus labios.
    
    ̶ ¿Sabes? Voy a tomarme la mañana libre ̶ le digo casi susurrando ̶. Así que… date una buena ducha y desayuna fuerte, que…
    
    ̶ Que…
    
    Levanto mis cejas repetidas veces, y lo capta a la primera. Sí, nene. Ahora que has empezado, vas a tener que seguir. 
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