La chica de la piruleta
Fecha: 30/10/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... insistente, buscando que Ana se volviera loca y levantara sus caderas para tratar de notar más como me la comía.
Después, mientras se lo empezaba a chupar de forma cada vez más acelerada empecé a tener un capricho que de momento no quise que supiera, pero me propuse trabajar duro para satisfacerlo. Mis dedos jugueteaban en la entrada de su sexo humedeciéndose y avisando la intención de entrar dentro de ella, mientras yo ya había pasado de besar y mimar su clítoris, a devorarlo prácticamente, lamiéndolo como si se tratara de un delicioso caramelo que quisiera desgastar.
Introduje por fin mi índice dentro de ella, moviéndolo, acariciando las paredes de su interior para tratar de encontrar el placer más intenso que pudiera proporcionarle y así, compensar el que a mí me daba mojarme los labios al practicarle aquel delicioso cunnilingus.
Tras jugar un rato con mi índice, acompañe los movimientos también con el dedo corazón, moviéndolos dentro y fuera de ella, al principio despacio, luego enérgicamente, mientras mi lengua seguía trabajando en busca de todo el placer que pusiera conseguir para Ana.
Me tome un pequeño respiro para alargar el placer de sentirla y dándome otro pequeño capricho, me puse de pie y despacio, me desabroche el pantalón liberando mi miembro para rozarlo un poco contra su clítoris. Quería que sintiera la punta hinchada, enrojecida y caliente, acariciarla solo como tentación, jugando, mientras me acercaba a su oído con su sabor aun en mis labios, y ...
... le preguntaba, no sin algo de vergüenza, si se sentía tan a gusto como para que siguiera hasta que pudiera correrse con las caricias de mi boca.
Contestó que era lo que más le apetecía en ese momento.
Baje de nuevo, dispuesto a tomarme muy en serio mi objetivo y, mientras volvía a tomar su clítoris con mis labios, la cogí de las manos para que se sentara en la cama y me mirara a los ojos como la saboreaba sin dejarme un solo milímetro sin probar, sin compasión, introduciendo mis dedos y moviéndolos rápidamente.
No tardó en correrse. Aunque no me avisó, pero me di cuenta por que levantó sus caderas y hundió mi cabeza entre sus muslos para que no me apartara por nada en el mundo, al tiempo que yo la sujetaba firmemente sus muslos y agarraba su trasero para que ella tampoco tuviera escapatoria al orgasmo. Y respiró aceleradamente mientras me confesaba que estaba disfrutando ese momento y me lo ofrecía con un: “Si, tómalo todo”.
Supongo que era algo psicológico, pero me supo increíblemente dulce.
Finalmente la chica de la piruleta se quedó reposando tranquilamente en la cama, exhausta, mientras yo serpenteaba por su cuerpo con pequeños piquitos, hacia sus labios. Para abrazarla, besarla, tranquilizarla y también para seguir disfrutando del enorme placer que era acariciar su piel.
Entre mimos y risas, ambos nos calmamos… de momento, porque sabíamos que venía una segunda parte en que podría sentirme completamente dentro de ella.
Evidentemente la visita guiada ...