Regalo de despedida en mi último día dando clases ahí
Fecha: 21/11/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: calu, Fuente: CuentoRelatos
... Gaby de frente a mí y comencé a desabrocharle lentamente su camisa y la hice ligeramente hacia los lados, permitiéndome ver unos hermosos pechos tapados por un brasier que discretamente me pedía a gritos que también lo quitara. Ella también estaba un poco nerviosa, pero no mostraba intenciones de evitar mi revisión médica.
Poco a poco acerqué mi oído a sus pechos para tratar de escuchar su corazón, descubriendo que latía al mismo ritmo veloz que el mío. Pasaba una mano sobre ellos intentando… bueno, la verdad no intentaba nada, simplemente quería pasarla porque era lo que debía hacer, ¿no?
—Al parecer tu ritmo cardiaco está bien.
—¿Seguro? Porque yo siento que me estoy desmayando.
Rápidamente me acerqué para abrazarla.
—No te preocupes, yo te sostengo si te caes.
—Yo creo que lo que necesito es respiración boca a boca.
Me besó. La besé. Nos besamos. Mis manos recorrían suavemente su espalda de arriba hacia abajo hasta llegar sus nalgas que no dudé en apretar y nalguear. Ella sólo reía. Me senté en la silla que acompañaba de adorno a mi escritorio y la jalé hacia mí sentándola en mis piernas. De nuevo nos besamos. Mis manos levantaron su falda y acariciar sus nalgas primero sobre su calzón y luego debajo de él. Mi boca lentamente pasó de sus dulces labios a su cuello, pasando mi lengua y mis labios por ahí durante un buen rato mientras mis manos estaban ocupadas acariciándole las nalgas a Gaby y bajándole hasta donde se pudiera ese calzón que, ...
... sinceramente, comenzaba a estorbar.
—No sabía que besaba tan bien.
—No sabía que tenías unas nalgas tan ricas.
¡Bingo! Por la cara que puso creo que no esperaba esa respuesta. Después sonrió.
—¿Qué más sabe hacer?
Esa invitación a continuar ft reto sexual pronunciado por esa joven fue seguida de nuevos besos y más manoseos. Mi boca recorrió sus hombros, jalando con ella los tirantes de su brasier hacia los lados, bajándolo poco a poco hasta permitirme admirar a sólo unos centímetros de mí unos pechos con unos pezones dignos de merecer las mejores lamidas, chupadas, y mordidas del universo, y no es por presumir, pero todo eso me sale muy bien.
Mis labios y mi lengua recorrían suavemente toda parte de sus pechos. Una mano se desocupó de sus nalgas y se dirigió a sus pechos para acariciarlos, apretarlos, jugar con sus pezones que se ponían cada vez más duros. La otra mano ya comenzaba a jugar con su vagina, introduciendo dedos con ritmos y formas distintas.
Los gemidos de Gaby se volvían más repetidos y fuertes. De pronto levantaba mi cabeza para volvernos a besar. Sus labios vaginales estaban humedeciéndose muy rápido, algo que hizo que paráramos un poco. Me dijo que no quería que se mancharan mucho porque más tarde saldría con sus amigas y no quería irse incómoda de su ropa interior, así que la levanté, la senté sobre el escritorio, le quité su calzón y le empecé a pasar mi lengua por esos labios de arriba a abajo, de derecha a izquierda, en círculos, chupando, ...