Regalo de despedida en mi último día dando clases ahí
Fecha: 21/11/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: calu, Fuente: CuentoRelatos
... jalando hacia mí lo que esa hermosa parte me permitía, mojando mis labios con el líquido que me regalaba el placer expresado por sus gemidos que no paraban. Ahí se vino por primera vez.
Después de una ligera pausa dobló la chamarra que traía con ella y la puso en el piso. Se agachó quedando sus rodillas sobre la chamarra y comenzó a desabrocharme el pantalón. Batalló poquito, pensé en ayudarla pero decidí que era más sexy observarla, además de que no tardó tanto.
Tomó con sus manos mi verga que llevaba desde su primer abrazo parada y que conforme pasaban los segundos se ponía más y más dura. Empezó a masajearla unos segundos y después procedió a pasar primero su lengua de arriba abajo y luego sus labios, succionándome hasta el alma (lo juro).
Jamás pensé que una alumna tan callada en clase pudiera hacer eso, pero creo que todos conocemos alguien que parecía seria hasta que la vimos coger.
Su mamada duró varios minutos. Sinceramente no sé cómo le hice para aguantarla sin venirme. Ni para decir que me distraía el miedo de que no cerramos bien la puerta y que alguien podía llegar en cualquier momento y descubrirnos, porque sinceramente me valía madres, igual ya no me iban a volver a ver ahí.
La levanté para cumplir una pequeña fantasía que tenía desde hace tiempo: recostar de frente sobre el escritorio a alguna alumna y penetrarla.
Mientras lo hacía le quité su camisa y su brasier; acariciaba su espalda, sus pechos, sus pezones, y de vez en vez le daba una ...
... que otra nalgada, cada vez más fuerte, con ganas de que alguien más me escuchara y nos descubriera (algo que jamás pasó).
De nuevo me senté sobre la silla, volteó de frente a mí y se acomodó para seguir siendo penetrada. Sus saltitos sobre mi verga, ver cómo brincaban sus tetas, sus besos y las manoseadas que continuaba dándole me llevaron a mundo de placer que no conocía y que nunca imaginé vivir en una escuela, mucho menos en ésa, y especialmente en mi último día como regalo de despedida.
La recosté boca arriba sobre el escritorio y continué penetrándola un buen rato. Una de mis manos acariciaba su vagina mientras la cogía y la otra jugada con sus tetas que no se dejaban de mover. Sus gemidos ya eran considerablemente fuertes y un poco hasta descarados. No entiendo cómo nadie más nos escuchó… o tal vez sí, nunca lo supe.
Gaby me dijo que estaba por venirse, le dije que entonces también lo haría con ella pero me pidió que no, que quería que yo me viniera en su boca, y como la verdad se había portado muy bien no tuve forma de no complacer sus deseos.
Al terminar nos vestimos. Se asomó para ver si había alguien cerca pero no había novedad. Regresó a mí, volvió a abrazarme, me dijo que tenía que regresar a su clase, que me extrañaría ahora más, me dio un beso y se fue. Yo terminé de limpiar mi escritorio que ahora estaba más sucio, aunque, para serles sincero, dejé cierta evidencia por ahí.
Total, jamás regresaría a esa escuela, ¿qué me iban a hacer? ¿Correrme?