Lo puta no se quita y mi marido ¡¡ya lo sabe!!
Fecha: 22/11/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Vanesa2020, Fuente: CuentoRelatos
... llaves y yo salí de inmediato.
Para mi buena suerte, al salir a la calle vi al objeto de mi deseo platicando con otras personas y mi panochita volvió a palpitar. Aparentando la mayor indiferencia posible pasé a un lado de él asegurándome de que me viera y luego caminé por la calle moviendo mis nalgas más que de costumbre. Llegué al auto, entré, hice como que buscaba algo, pero en realidad solo estaba viendo a través del cristal para ver si me había seguido. Cuando lo vi que venía caminando en la dirección en que yo estaba, salí del auto y comencé a caminar en sentido contrario, para que nuestro encuentro pareciera totalmente casual.
Todos esos recuerdos estaban viniendo a mí mente en el momento en que mi esposo me tenía ensartada, así que no me pude contener y le dije:
― Mi amor, ¿qué me dirías o que me harías si te dijera que se me antoja coger con otro? De inmediato pude sentir como su verga se ponía más dura que de costumbre.
― Te diría que eres muy putita. ¿De verdad se te antoja coger con otro?
― Si mi rey. Pude ver como su respiración se aceleró y sus ojos brillaban de excitación.
― ¿De quién se trata? ¿Es alguien que yo conozco?
― ¿Recuerdas el evento al que te acompañé hace unos días?
― Si, ¿por qué? me contestó.
― ¿Te digo algo y no te enojas?
― Dime.
― ¿Recuerdas que te pedí las llaves para ir a nuestro auto? Pues resulta que tu nuevo amigo me abordó en la calle y me pido mi teléfono. Creo que me quería coger, bueno… más bien, ¡me ...
... quiere coger!
― Hija de la chingada. ¿Y cómo sabes que te quiere coger? Me preguntó.
― Yo venía de nuestro coche y cuando lo encontré me saludó muy atento y me dijo que se le había olvidado pedirte tu número de teléfono, que si se lo podía dar. Le dije que no me lo sabía y que tampoco llevaba mi teléfono, que mejor él me apuntara el suyo. Me dijo que si, pero me pidió que lo acompañara a su auto por un papel.
― Y tú qué hiciste?
― Pues tuve que acompañarlo mi rey. Pero me pasó algo extraño porque cuando íbamos caminando mi panochita comenzó a palpitar con vida propia, imaginando que podría pasar algo más. Cuando llegamos a donde estaba su coche él abrió la puerta para entrar y yo, que estaba detrás de él, con una mano le detuve la puerta para que pudiera entrar más cómodamente y con la otra le toqué la espalda con el pretexto de que la puerta no le fuera a pegar. Eso hizo que tu amigo se pusiera nervioso. Con toda la intención de provocarlo, mientras él buscaba un papel yo me mantuve siempre detrás y por momentos nuestros cuerpos se tocaron. Cuando él se dio la vuelta pude notar que tenía la verga bien parada y se adivinaba que era grande y gruesa. En ese momento los dos estábamos muy cerca y sin duda él se dio cuenta que yo tenía ganas de coger, porque no podía evitar mirar su verga de vez en cuando. Entonces me pidió que nos viéramos otro día y yo le dije que le escribiría después para ponernos de acuerdo. Mientras hablábamos me estuvo mirando a la cara con mucha ...