¿Mi mujer es actriz porno?
Fecha: 27/11/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Orpherius, Fuente: CuentoRelatos
... mientras él le daba pollazos, se veía que le gustaba. ¿Y cuándo se la había metido yo por el culo? ¡Jamás! Eso eran «cochinadas». Era lo que me decía a mí. Joder, qué pedazo de puta...
Cuando acabó el vídeo, me quedé como alelado, con la mirada perdida. Estaba en shock. Me parecía increíble.
―Lo siento, tío ―dijo Tony―, pero creo que tenía que decírtelo.
―¿Desde cuándo lo sabes?
Tony se calló un momento. Me temía lo peor.
―Un mes, más o menos.
―Ya... Vamos, que te has puesto las botas, ¿no?
Sonrió con un lado de la boca.
―Berto, no te líes. Te lo estoy diciendo. Podía haberme callado.
―Tienes razón.
Me quedé pensando. Entonces, le dije de pronto.
―¿Tienes más vídeos?
Se lo pensó antes de contestar. Era obvio.
―Unos pocos.
―¿Podrías editarlos y hacer uno... para mí?
―No te entiendo.
―Que si podrías editarlos, joder, recortar aquí y allí, sacar planos cortos en los que no se vieran las caras. Y al final vas ampliando el zoom hasta que aparezcan enteritos, como dios los trajo al mundo, con sus caras de disfrute.
―Pues claro que podría.
―Vale, entonces haz uno bueno. Los sacas como te acabo de decir y luego, justo delante, pegas el vídeo original completo, pero sin editarlo, que se les vea todo el tiempo enteritos, ¿ok?
―Claro, tío, lo que tú quieras.
―Ok, hazlo y me avisas cuando lo tengas. Te pago y todo.
―Venga, no seas gilipollas. Te aviso cuando lo tenga. ¿Te vale con diez minutos de grabación?
―Más que ...
... suficientes. Pero saca las partes clave, sabes lo que te digo, ¿no?
―Entendido. Eres la hostia ―me dijo descojonado.
Me fui a mi casa echando chispas. Tuve que serenarme en el garaje y respirar hondo, porque no quería que Mapy me lo notara. Estaba con su indumentaria clásica para estar en casa: pantaloncito de pijama de algodón, calcetinitos, y camiseta holgada. Estaba comiéndose una tarrina de helado de Häagen-Dazs. Ojalá se atragantara. Le di un beso al llegar y me fui a la nevera a coger algo de comer.
―¿Qué tal? ―me preguntó.
―Bien. Estuve con Tony. Me contó una historia de lo más rocambolesca.
―De Tony me espero lo que sea. ¿Qué historia?
―Pues algo de cuernos y tal. En fin, locuras suyas.
Ella no contestó enseguida.
―Ya...
Después me di una ducha. Tenía que distraerme como fuera para no saltar. No podía borrar de mi mente aquellas imágenes. Y luego verla a ella allí viendo la tele tan tranquila y modosita, con su pijamita de ositos...
Tras unos días, me las fui ingeniando para hacerle ver que quería hacer cosas «nuevas» con ella, darle un poco de salsa a nuestras relaciones.
―Es que siempre hacemos lo mismo ―le dije―. No está mal variar, ¿no? Todo el mundo lo hace.
―¿Ya estás otra vez con esas cosas?
La muy cabrona seguía haciéndose la señorita recatada. Tenía huevos la cosa.
―«Esas cosas» se llama sexo, Mapy. No pican, ¿eh?
―Mira que eres pesado. ¿Y qué has pensado?
―No sé, ver una peli porno juntos, por ejemplo. Nunca lo hemos ...