Hotel Paraíso
Fecha: 04/12/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... segundo su mano descansó en mi cadera y me estremecí. Entró al baño justo detrás de mí sin cubrirse. La puerta es de cristal así que no le perdía de vista ni un segundo. Estirándose frente al espejo, luciendo su cuerpo perfilado.
Tenía que limpiar el baño también, así que vista la confianza que se había tomado hasta ese momento podía ser tan bueno como cualquier otro. Entré tras él, muy cerca, en el reducido espacio, rozaba su suave piel con mi cuerpo cada vez que me movía.
- ¿Te molesta que esté aquí contigo?
- No claro, es tu habitación. Le dije temblorosa.
Algunas veces al inclinarme tocaba su miembro con mi culo, o era al revés, aunque claro sin hacerlo adrede. Mi mente no sabría distinguirlo. Me puso las manos en la cintura. Yo le daba la espalda, si lo mirase me rendiría y empezaría a besarlo con ansia.
Cerré los ojos, si viese su mirada a través del espejo yo misma me arrancaría la ropa. Aún así fue él quien me apretó a su cuerpo y me besó en el cuello.
En un tono bajito y sensual me decía:
- Estas muy buena, como para saborearte sin prisa.
- Tu también estas muy rico y pienso comerte también.
Sonreí con lascivia. Sus labios ardían sobre mi piel. Frente al espejo del baño veía allí reflejados sus avances sobre mi cuerpo. Su mano en mi pecho abriendo despacio los botones de la bata y apoderándose de uno de mis pechos ya al descubierto.
A esas alturas yo gemía excitada, incontrolada. Mi pezón durísimo era apretado entre sus dedos ...
... con suavidad. Notaba en mi culo su dura polla y en mi cuello y hombros su lengua subiendo hacia mi oreja y nuca. Terminó de abrir mi bata mirando mi cuerpo en el espejo.
Se separó lo justo para retirar la prenda y dejarla caer al suelo entre ambos, despacio lamiendo mi espalda. Sus manos no cesaban de acariciar mi piel frente al espejo. Eso me excitaba aún más como si las dos personas que había frente a nosotros nos estuvieran dedicando el espectáculo. Ya solo con mi reducido tanga pegué mi espalda a su poderoso torso y el culo a la durísima polla, como una barra de acero templado.
Bajó por mi espalda besándome y bajando la bata, paseando su lengua por la columna mientras la iba destapando. Bajó lento el tanga con las manos, enrollándolo por los muslos, mientras clavaba la lengua entre mis nalgas. Yo mas inclinada, casi recostada sobre el lavabo y él agachado tras de mí. Lamiendo y besando mis nalgas, abriéndolas y clavando su lengua en mi sensible ano.
Me encanta que me coman el culo, me pone muy, muy burra, me excita. Lo tenía donde quería, justo detrás de mí y donde él parecía querer estar. Me tenía a su merced que era lo que yo deseaba desde que vi su cuerpo masculino desnudo en la cama. Me incliné aún mas y alcanzó mi vulva con la lengua. Sentía su nariz en el ano y su lengua removiendo mis humedades en mi coño.
Ya no podía abrir mas las piernas pues me daba con la pared. Por fin conseguí articular algo coherente y le dije:
- Llévame a la cama y ...