1. Mi cuñada me tuvo acojonado


    Fecha: 14/12/2023, Categorías: Infidelidad Autor: marimont, Fuente: CuentoRelatos

    Aquella mañana me había levantado totalmente empalmado, sabía que mi cuñada Carmen y yo estábamos solos en la casa. Mi cuñada Carmen tenía las tetas perfectas, eran de un buen tamaño sin llegar a ser desmesuradamente grandes, y las tenía estupendísimamente bien puestas, yo no se las había visto nunca, pero en mi imaginación eran una dulzura de pechos, siempre se le marcaban es sus camisetitas de tirantes y eso me ponía a mil. Su culo era perfecto y me volvía loco solo de pensar que alguien se lo podía haber follado.
    
    Alguna vez a la hora de desayunar aparecía solo con esas camisetitas y sin sujetador de forma que se le marcaban aquellos maravillosos pezones que culminaban las perfectas tetas que tenía, no se ponía ningún pantalón de forma que de vez en cuando se le veían un poco las bragas (normalmente blancas) cuando se sentaba o se empinaba para coger algo de algún armario. En esas situaciones yo me ponía supernervioso y no me podía levantar de la mesa porque la polla se me ponía durísima solo de verla andando así por la cocina, y además siempre me tocaba luego ir a hacerme una paja por ella.
    
    Carmen y yo teníamos un problema, y era que no nos llevábamos nada bien, se podía decir que no congeniábamos nada, lo cual hacía que aún me excitara más si cabe solo por el hecho de pensar que algún día me la pudiera follar a la muy capulla (cosa que claro está solamente ocurría en mi imaginación).
    
    En definitiva, tenía una cuñada que estaba buena, que tenía un tipazo ...
    ... espectacular, que además tenía pinta de viciosa impresionante, que tenía las mejores tetas del mundo…, pero claro está, que yo jamás me la follaría.
    
    Esa mañana me levanté y fui a la cocina para prepararme algo para desayunar cuando apareció como de costumbre con una camisetita blanca de tirantes y en bragas, yo me volví hacia la encimera nada más verla porque cuando estaba así no sabía para donde mirar ya que la vista se me iba sin poder remediarlo hacia su entrepierna y sus pechos.
    
    –¿Qué vas a tomar?, me dijo desenfadadamente.
    
    –Buenos días, un café. Le respondí
    
    –¿Me preparas uno para mi sin azúcar?
    
    –Sí, ahora mismo. Le dije amablemente
    
    Preparé los dos cafés y cuando me di la vuelta, allí estaba la muy cabrona, marcando con sus dos pitones las tremendas y maravillosas tetas que tenía en la camiseta, y casi dejándose ver las bragas. Me acerqué y le ofrecí su café.
    
    –No me has echado azúcar, ¿verdad? Me dijo, a lo cual le respondí que no.
    
    Se dirigió a un armario y me quedé hipnotizado mirándola, ya que sabía lo que iba a pasar, se iba a empinar para coger la sacarina, y cuando lo hizo sus dos perfectos glúteos asomaron al subírsele la camiseta dejando ver sus braguitas por detrás. No sabía dónde meterme ante aquel maravilloso espectáculo, me había empalmado en apenas unos segundos ante semejante visión y ya no sabía cómo ponerme, me di cuenta de que sin haberlo querido ya se marcaba el bulto de mi polla creciendo en el pantalón corto que me ponía al levantarme y me ...
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