La misma dulzura con matices diferenciales (II)
Fecha: 22/12/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
Dos meses pasaron desde que iniciamos esa relación, tan poco común como placentera para ambos, cuando una tarde, al atender el llamado a la puerta, me encuentro a Beatriz con cara de pocos amigos que se niega a pasar.
- “Estás teniendo alguna relación íntima con mi hija?
- “Sí”.
- “Sos una porquería. Me has engañado y te prohíbo que la sigas viendo”.
- “Beatriz, estoy convencido que sos una buena mujer y que esto lo hacés creyendo protegerla. Me parece que hay algunos datos que no has tenido en cuenta. En primer lugar ella es mayor de edad. En segundo lugar te puedo asegurar que no la engañé, no la seduje, no le hice promesas y menos aún la violenté. La prueba palpable es que conserva su himen intacto. Mis palabras las podés confirmar hablando con Julia. Por último te recuerdo que sólo tenés autoridad sobre tu hija, y a tu hija podés prohibirle todo lo que quieras, a mí no. De todos modos te doy mi palabra que no voy a iniciar ningún acercamiento, pero si ella viene a mí no rechazaré a una dulce mujercita. Por último es patente que no te mentí. A tu pregunta la respondí sin vacilaciones. Lo único que hice fue aceptar la voluntad de Julia de mantener la relación en reserva”.
Unos días después de aquella conversación con Beatriz la tuve nuevamente ante la entrada de mi departamento. Su cara era otra. Aceptó pasar y el café que le ofrecí.
- “Espero que no vengas enojada, pues cumplí mi palabra.”
- “No, vengo a pedirte disculpas por haber sido grosera. Esa ...
... tarde venía además con el pesar de haber sido dejada por mi novio. Necesito de tu ayuda.”
- “Encantado en lo que esté a mi alcance.”
- “Después de hablar con vos el otro día, le pregunté a Julia, y me confirmó lo que me habías dicho. Entonces, enojada, le prohibí que te viera. Me contestó que iba a obedecerme y, para no encontrarse con vos, ni siquiera saldría de casa. Ni va a trabajar. Hoy, cuando le pedí que hiciera vida normal, me contestó que cerca de ti no puede hacer la vida normal que yo pretendo. Al preguntarle si estaba enamorada me dijo que no, que simplemente ejercés una atracción enorme y que va a volver al régimen de antes cuando no sienta la tentación del placer que le das. Más aún, dijo que como no está contribuyendo al sostenimiento del hogar va a comer una sola vez al día, y que disponga de sus ahorros hasta que vuelva a trabajar. Estoy segura que exagera para hacerme sentir mal y lamentablemente lo consiguió. No puedo verla hecha un despojo, sin lavarse, todo el día en su pieza con el camisón como única vestimenta”.
- “Y qué deseás que haga”.
- “Por favor, hablá con ella”.
Y fui. Que no me esperaba resultó evidente cuando toqué la puerta de su dormitorio.
- “Mamá, por favor déjame sola, quiero dormir”.
Entré silenciosamente. En la pieza a oscuras, se hallaba de costado con la cara casi hundida en la almohada.
Me senté sobre la cama del lado de su espalda, cuidando de no tocarla.
- “Soy yo preciosa, tu madre me pidió que hablara con ...