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Desvirgado por culpa de mi madre y mi padrastro
Fecha: 24/12/2023, Categorías: Gays Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos
... casas de interés social, es que, para abaratar costos, son construidas con materiales de baja calidad y las paredes son huecas, por lo que desde la recámara que compartía con mi hermanastro escuchábamos todos los ruidos de lo que pasaba en la otra recámara, incluso si le bajaban la cadena al W.C., abrían la regadera o algún cajón, todo se escuchaba, incluso si se hablaba en voz baja, pero lo peor, era que a pesar de los esfuerzos de mi madre y Don Chente, por no hacer ruido, era inevitable oír cuando tenían sexo, se escuchaba el bamboleo y chirrido de los resortes de la cama, el golpeteo de las embestidas de Don Chente contra el cuerpo de mi madre, el resoplar de Don Chente cuando penetraba a mi madre y los gemidos ahogados de ella, aunque intentaban no hacer ruido, era imposible no escuchar, y como todo recién casado Don Chente era un marido muy fogoso, le daba a mi madre unas largas e intensas cogidas cada noche. Lo anterior era un tormento para mí, es algo muy incómodo escuchar cómo se están jodiendo a tu madre, pero para Carlos era algo que le excitaba mucho, sonreía en forma burlona cada que empezaba el concierto de cada noche y se sacaba la verga para masturbarse sin importarle que estuviera presente, al contrario, le causaba gracia ver como intentaba tapar mis oídos con alguna almohada para no escuchar los gemiditos de mi madre. Su verga era de una dimensión considerable, probablemente unos 18 o 19 cm, venosa, un poco gruesa, no demasiado y con una cabeza rosada ...
... y brillante, mentiría si les dijera que no me causaba excitación ver como se masturbaba, lo hacía con frecuencia con los ojos entrecerrados para que no se diera cuenta que lo estaba viendo. Al paso de los días su trato fue menos duro y empezó a intercambiar algunas frases conmigo, en las noches me decía que mi mamá estaba muy rica y que le encantaría cogérsela, lo que me molestaba y le decía que era un pervertido, él solamente se reía y burlaba de mis enfados. Don Chente tenía una casa que había heredado de su madre en el pueblo de Atlixco, más grande y cómoda pero lejos de sus respectivos trabajos, cada semana se llevaba a mi madre para "darle una vuelta y cuidarla", visitas donde nunca nos invitaban, Carlos me decía que se iban allá para coger y sonreía burlonamente, ya que antes de casarse era raro que fuera a "darle su vuelta a la casa", lo cual era lógico, eran un matrimonio recién casado y necesitaban un lugar dónde pudieran dar rienda suelta a sus instintos sexuales, lejos de sus respectivos hijos, ya que, aunque tenían sexo casi todos los días, se reprimían, intentando no hacer ruido, realmente sin éxito, a pesar de sus esfuerzos, Don Chente había resultado ser un hombre muy sexual, un auténtico macho. Entre semana la escena se repetía día a día, Don Chente había resultado un amante insaciable, un verdadero semental, se cogía a mi madre cada noche, mi hermanastro se burlaba y me decía que mi madre era muy caliente y rica y que ya debería tener el coño bien ...