La Kiosquera
Fecha: 06/01/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Es una rubia explosiva, con un cuerpo escandaloso y sobre todo unas tetas y un culo que bufff!!! Para ponerse malo. Ella tiene su negocio en el mismo barrio donde viven unos amigos míos y éste verano aprovechando que fui a visitar a uno de ellos le comenté que la conocía y que no descartaba en intentar algo con ella. Él por supuesto no se lo tomó muy en serio, pero bueno, yo a lo mío, me dije para mi.
Comenzaré comentando como la conocí. Una mañana que pasaba por delante de su kiosco, salió a saludarme una amiga. Como estábamos en la puerta del kiosco, pasamos para adentro y ella me presentó a Nieves (no es su nombre real, que lo omitiré claro está) y de paso me comentó que a ella también le gustaba el deporte. Hablamos unos 15 minutos de temas deportivos y después de eso yo me dirigí hacia mi trabajo. He de decir que ya de antemano se comentaba lo buena que estaba la kiosquera de esa zona, y claro, yo había pasado por allí en un par de ocasiones para comprobarlo. El caso es que ya la había visto de arriba abajo y claro que estaba buena, muy buena.
Casi todos los días que compraba la prensa lo hacía en su kiosco y de paso charlaba con ella para ir conociéndonos un poco más. La relación se fue haciendo cada vez más cordial hasta que nos dimos los números de móvil y seguimos en contacto vía sms en numerosas ocasiones debido a mis desplazamientos por motivos profesionales. En alguna ocasión hubo incluso llamadas telefónicas, aunque las menos.
En vista del cariz que ...
... estaba tomando el asunto y envalentonado por la situación de mantener contacto vía móvil, en algunos de mis mensajes insinuaba la posibilidad de quedar para salir algún día a tomar unas cañas, o para ir a cenar o de copas. Ella no podía impedimento, sólo tenía un problema, no cierra ningún día el kiosco excepto el día de Año Nuevo. El resto de los días abre puntualmente por las mañana a las 9.
Tras sondear la posibilidad de que ella tuviera novio o similar y en vista de su contestación negando cualquier relación sentimental, me armé de valor y concerté una cita un sábado por la noche para ir a cenar.
Justo fue un sábado que acababa de llegar a media tarde de Austria por motivos laborales. Pasé a buscarla a las 22 hrs. Estaba espectacular con un abrigo blanco de ante con los cuellos como con plumas, muy de moda ahora, unos pantalones ajustadísimos negros y una camiseta verde con tonos dorados en brillantina y una pequeña leyenda en el pecho que resaltaba mucho más entre aquellos dos colosos de carne que tiene por pechos.
Nos dirigimos a la Bodega donde íbamos a cenar, que esta a las afueras de la ciudad. No había mucha gente que digamos para ser sábado. Mejor, tampoco quería compartirla con nadie, la quería solo para mi y esperaba disfrutar toda la noche de todo aquello que quisiera ofrecerme.
Nos pasamos la noche comentando mogollón de cosas acerca de nuestras vidas, parejas, aficiones, sueños, en fín, de nuestros pasados. Así fue como me enteré que tenía 36 años, que ...