Haciendo las paces con la ciudad
Fecha: 11/01/2024,
Categorías:
Transexuales
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
... que rehusaba de quedarse dentro del tanga. La meneó poquito a poco y echó su otra mano a mi otra pierna, agarrando con fuerza. Yo le devolví el gesto, contoneándome, acercamos nuestras caras y nos besamos.
Se puso en pie y, sin soltarme la polla, me tomó por la nuca para que el beso fuera más apasionado. Esa mano no tardó en bajar por mi escote y agarrar una de mis tetas abriéndose todo lo que podía. Mordí su boca y rugí. Recorrí su espalda en un segundo y no me entretuve más antes de buscar su paquete. La primera impresión, con el vaquero de por medio, fue buena; se me llenó la mano y tuve la necesidad de sentir la carne. Sentía como crecía mientras desabrochaba botones con presteza y, cuando saqué lo que escondían sus calzoncillos, una lujuria desenfrenada me hizo retorcerme. Por fin una polla tan grande como la mía, más estilizada y no tan gruesa, pero un pollón a fin de cuentas al que me entraron ganas de devorar. Me la tragué, desesperada como si no hubiese follado en mi vida, sin saborear, hasta el límite de mi garganta. De la boca de Jack salieron suaves gemidos mientras estiraba sus brazos para remangarme la falda y contemplar y tocarme así el culo.
Con la boca llena de babas colgantes, me erguí de nuevo. Junté mi polla con la suya, necesitando de las dos manos para pajearlas sin que se separaran. Él, mientras, me manoseaba las tetas como si no hubiera mañana.
-¿Activo, pasivo? -le pregunté sin que paráramos.
-No tengo mucha experiencia en ...
... esto...
Lo callé con un beso guarro y le susurré “no digas más”. Hubiese preferido escuchar otra cosa, pero aquel chico me gustaba tanto que me daba igual quién le reventara el culo a quién. Abrí mi bolso y saqué un condón y un botecito de lubricante. Me eché un chorreón en la mano y lo restregué por su polla, una vez se puso el preservativo. Le pasé el botecito y me apoyé contra la barra, de espaldas a él y sacando culete. Me bajó el tanga y, tras unos besos en los cachetes, noté el frío y caliente lubricante entrando por mi ano. Me vibraron las piernas. Me extendía el lubricante y me agarraba la polla con la otra mano. De un pequeño brinco, se puso derecho y se pegó a mí, metiendo las manos por mi top en un rápido movimiento hasta llegar a las tetas y levantandolas con fuerza. Sentí, en ese momento, su polla apretada contra mi culo, haciéndome resoplar. Estando paralizada, esperando el momento clave, empezó a besarme el cuello por detrás y soltó una de mis tetas para encaminar su polla hacia mi culo.
Y me atravesó.
El lubricante hizo que entrara rápida y fluida, noté como mi ano se dilató de cero a cien en una fracción de segundo. Me sentí rellena. En el primer gemido se me fueron las fuerzas. Me tuve que aguantar con las manos en la barra para no caer al suelo. El lubricante y mi excitación abrieron rápido el camino y, por más que Jack quisiera empezar despacito para no hacerme daño, enseguida tuvo las puertas abiertas.
La acción pasó a varios frentes. Con su polla me ...