1. Los Cuatro Ancianos (II)


    Fecha: 13/01/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desliz-la apaciguó él mientras se subía los pantalones -. Sabes muy bien que desde hace una semana me he mantenido al margen. Apenas nos hemos dirigido la palabra.
    
    Isabel respiró profundamente varias veces, alterada, en furia contenida. En ese justo momento apareció José en las escaleras que bajaban con cara alarmada. Tenía puesto los pantalones y solo le faltaba abrocharse la camisa, ponerse la corbata, el cinturón y los zapatos, para terminar de vestirse.
    
    -¿Qué ha pasado? ¿Qué grito ha sido ese papá?
    
    Isabel se giró como un resorte en ese momento y miró a su marido pálida. Manuel sabía que en el rostro de su nuera podía leerse que algo malo había ocurrido por lo que pensó en consecuencia.
    
    -Ha sido culpa mía, hijo. Me ha parecido como si me diera un infarto -dijo en tono afligido -. He bajado a buscar mi camisa favorita y de repente he sentido una opresión en el pecho. Me he asustado, pero estoy bien.
    
    José miro a ambos mientras asentía, para luego detener su mirada en su mujer.
    
    -Isa, ¿todavía no me has preparado el desayuno?
    
    Isabel pareció volver a la realidad en ese momento e hizo amago de marcharse a la cocina, pero entonces notó resistencia en los tobillos. Eran sus propias bragas que la amordazaban los pies después de que Manuel se las hubiera quitado. Por fortuna José no podía verle los pies desde donde estaba ya que una de las lavadoras bloqueaba la visión. Isabel tenía que deshacerse de las bragas con discreción, pero, a pesar de sus tenues ...
    ... intentos, era incapaz de quitárselas de entre los tobillos sin que se notara, y no parecía que José se fuera a marchar antes que ella. Solo se le ocurrió ganar tiempo.
    
    -Todavía no. Es que escuché a tu padre gritar y vine corriendo. Gracias a dios ha sido solo un susto.
    
    Manuel. Como si hubiera entendido el problema se acercó hasta su nuera y pisó, con discreción, las bragas. Acto seguido metió su mano derecha por debajo del camisón de Isabel desde atrás, y tocó su culo desnudo mientras empujaba ligeramente hacia delante para avisarla de que ya podía andar. El culo de Isabel estaba suave y cálido, y Manuel lo palpó con toda la palma de su mano y cada uno de sus dedos. El anciano notó como su miembro volvía a revitalizar.
    
    -Si, solo ha sido un susto -confirmó Manuel.
    
    Isabel notó las manos de su suegro en sus nalgas. Pero no reaccionó, para que su marido, que la seguía observando, no se percatara de nada. Notó como Manuel la instaba a avanzar y, con las bragas sujetas con el pie de su suegro, pudo hacerlo sin apenas levantar sus pies. Antes de alejarse de su posición Manuel le estrujó el culo a consciencia, pero ella ni se inmutó, y comenzó a subir las escaleras. Sintió como el semen de su suegro le resbalaba por el muslo y la ingle, y como el camisón se transparentaba un poco temió que su marido se diera cuenta de algo. Se giró y vio a Manuel embobado mirándola. Sabía que desde su ángulo podía ver como su muslo resplandecía por su semen viscoso y eso hizo que se sintiera ...
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