Mi tía, mi prima y la montaña
Fecha: 15/01/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... tiempo que pase aquí!
Su reacción me pilló por sorpresa. Se abrazó a mi sin soltar el vaso, pero pude sentir su otra mano acariciando mi cuello a la vez que pegaba su mejilla a la mía.
-Gracias hijo, eres un cielo! Susurró a mi oído.
Yo correspondí a su abrazo acariciando su espalda con la mano que me quedaba libre mientras sentía un par de besos cálidos en mi mejilla. El contacto con su cuerpo hizo que mi polla, que no acababa de bajar, volviera a dar otro respingo. Creo que me puse colorado pensando si lo habría notado.
Separó la cara para mirarme a los ojos y después de unos segundos, que se me hicieron eternos, susurró.
-Estoy muy contenta de que hayas venido y espero que te quedes los dos meses de verano!
Después me dio un cálido beso en los labios, sin lengua, pero su cálida humedad penetró en mi boca. Pensé en mi tío Nicolás, su marido, que apenas debía estar en casa por su trabajo de pesca de altura, mientras me agarraba del brazo para salir al jardín delantero.
-Y tío Nico, pasa poco tiempo en casa?
-Apenas un mes al año y repartido en días!
Entendí que mi tía mantenía escaso sexo con su marido.
-Y que tal llevas eso?
-Pues no muy bien, pero es lo que hay!
Contestó algo afligida. Quise animarla un poco y decidí comprobar sus expectativas.
-Pues eres una mujer atractiva, deberías salir más y relacionarte con gente.
Creo que entendió mi sugerencia y me miró con sonrisa irónica. Dejamos los vasos sobre la mesa que había bajo ...
... una de las tres farolas y nos sentamos de lado, uno frente al otro. Cruzó sus bonitas piernas y la tela del vestido se subió dejándome ver uno de sus potentes muslos al completo. No pude evitar mirarlo a la vez que ella controlaba mi mirada. Después de esos segundos de cierto coqueteo, me contestó a la sugerencia.
-Hijo, este pueblo es pequeño y prácticamente nos conocemos todos. Si bajara y tomara una copa con alguien al día siguiente sería la comidilla de todo el pueblo!
Me dijo a la vez que cruzaba las piernas lentamente en sentido contrario. Otra vez mi vista se disparó impulsivamente intentando verle las bragas y ella volvía a controlar mi mirada.
-Vaya, es el problema de los pueblos pequeños! Contesté sin saber que más decirle, pero ella no quiso dejar el tema.
-Bueno, llevo tiempo sola y he aprendido a encontrar… cierta felicidad!
Comentó para después dar un buen trago al whisky. Después descruzo las piernas para dejarlas semiabiertas y otra vez mi vista se disparó buscando el final de los robustos muslos. Ahora podía ver mínimamente parte de sus bragas, que parecían blancas bajo la luz de la farola. Ella sonreía con una pizca de lascivia viendo cómo mis ojos atisbaban entre sus piernas. Su comentario había sido claramente una alusión a su masturbación y continúe con el tema.
-Bueno tía, eso es normal, yo también busco mi propio placer.
-No sales con ninguna chica?
-He salido con varias, pero nada serio, y al final me acaban dejando!
-Y por qué ...