1. Mi hermosa compañera de trabajo


    Fecha: 17/01/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Fortachon977, Fuente: CuentoRelatos

    ... mañana.
    
    -Dale, no hay problema -le dije, mientras la besaba en la mejilla.
    
    -Te voy a deber la vida, ¿sabes? -me dijo, atravesando todos mis sentidos con su mirada oscura y penetrante.
    
    -Ok, si es la vida te voy a cobrar bastante caro -le dije sonriendo pícaramente, como para seguirle el juego.
    
    -Lo que vos me pidas -respondió y se sonrió dulcemente, colocando sus brazos en jarra al tiempo que contorneaba todo su cuerpo, fulminándome nuevamente con sus ojos.
    
    Terminamos el práctico en 10 minutos. Casi ni hizo falta mi ayuda en realidad. Habíamos aprovechado el horario del almuerzo. La nota de aprobado salió al instante.
    
    Levantó ambos brazos de la alegría, y en ese movimiento su aroma tan dulce terminó de embriagarme. Me abrazó fuertemente y me estampó un ruidoso beso en mejilla. Sentí una vibración en todo mi cuerpo que me incomodó. No quería que se diera cuenta de lo que ella provocaba en mi.
    
    -¡Gracias, muchas gracias!- me decía mientras se apoyaba su cabeza en mi hombro, los dos sentados todavía, de costado.
    
    -Te debo la vida, te debo la vida... en serio.
    
    -Bueno, te voy a cobrar... mira que te lo advertí.
    
    Allí ella se rio nerviosamente. Percibí un ligero nerviosismo que me hizo dudar por un segundo de sus intenciones. Hacía bastante tiempo que ella parecía insinuarme algo, aunque muy sutilmente. Quizás por el hecho de estar ambos casados. Quizás porque hasta ese día, yo jamás había dado muestras de querer algo con ella.
    
    Pero a esa risa, le siguió ...
    ... un rotundo: "Sí, aquí estoy, pedime lo que quieras, yo te lo doy".
    
    Esta vez fui yo quien tambaleó por un instante. Me quedé en silencio, clavé la mirada en el suelo, observando su pierna derecha envuelta por la mía. Sentí que su cuerpo accedía a ese toque. Y luego nos miramos.
    
    Sentía ahora su respiración más agitada de lo común. No podía haber más preámbulo. No quería decir nada todavía porque temía arruinar el momento.
    
    La miré con deseo y acaricié su rostro al tiempo que corría un hilo de cabello de sus ojos. Deposité mi mano en su mejilla y allí me quedé. Ella inclinó su cabeza en mi mano, reclinándose tiernamente, cerrando los ojos un segundo, para luego cubrir con su mano mis dedos. Se alejó sutilmente del contacto que mantenía mi mano con su mejilla y me besó en los dedos. Esa era la señal que había estado esperando.
    
    Me acerqué decididamente y la besé, con el corazón queriéndome salir por la boca. Ella abrió sus labios. Quise caer en su labio más grueso, el que más deseaba. La besé dulcemente. Quería saborearla lentamente, aunque el calor ya empezaba a salirse de mi cuerpo.
    
    Todavía estaba a tiempo, me dije por un instante. Todavía podía retirarme, disculparme y que todo finalizara allí. Pero ella acarició mis manos y mi poco razonamiento se esfumó.
    
    La tomé con brusquedad del cuello y la atraje del todo. Abrí la boca y metí mi lengua en la calidez húmeda y fogosa de su boca deliciosa. Nos pusimos de pie y nuestros cuerpo empezaron una lucha frenética de ...
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