Mi hermosa compañera de trabajo
Fecha: 17/01/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Fortachon977, Fuente: CuentoRelatos
... virilidad apuntado firmemente hacía arriba, con su glande queriendo explotar.
Ella, desnuda de la cintura para arriba, con sus senos mirándome lujuriosamente, terminó de quitarse la ropa. Si bien su pantalón era ajustado, se deslizó suavemente entre sus piernas. No supe en qué momento se había descalzado, lo único a lo que prestaba atención era a su piel blanca y joven, como hacía tiempo no admiraba.
Ruth no dejaba de mirarme. Si bien no se la notaba desesperada como a mi, veía fuego en sus ojos, en su boca. De vez en cuando bajaba la mirada hacia mi miembro y se mordía los labios.
Apenas unos vellos imperceptibles observé cuando la tanga quedó enrollada en el suelo. Ella avanzó adonde mi pero nuevamente se arrodilló, arrojándose hacia mi palpitante erección. Me estremecí al sentir el frío y la suavidad de sus manos. La cabeza de mi miembro se hinchó aún más. Creí no aguantar pero me contuve.
Nunca había creído que mi pene fuera grande. Tampoco me preocupaba. Para mí estaba bien su tamaño. Era un pene normal, quizás 15 o 16 centímetros.
Pero ahora, viéndolo entre sus manos, cerca de su boca, me parecía inmenso. Y eso me hacía subir más aún la temperatura. Ella parecía disfrutarlo también.
Comenzó lentamente a masturbarme. Era increíble como lo hacía. Era increíble también pensar que hasta hacía unos días yo me había masturbado por ella, usando un video subido por ella a una red social, con su bikini rosa, muy sugestivo.
Sin embargo, lo que había ...
... imaginado no alcanzaba ni hacer sombra de lo que estaba viviendo en la realidad.
-Te voy a hacer feliz como nunca en tu vida bebé- me dijo, e inmediatamente abrió su boca para meter todo mi glande en ella.
"Bebé", me dijo, y luego sentí como su lengua recorría el inicio de mi pene, mientras que con una de sus manos sostenía el tronco erecto. No dejaba de mirarme a los ojos mientras jugaba con su lengua. Soltó mi miembro y lo recorrió de arriba abajo, besándome, haciéndome gemir. En ese instante abrió su boca y toda mi pija se perdió entre sus labios que antes había podido saborear.
Subía y bajaba lentamente, gozando ella también al parecer de lo que hacía. En mis 40 años, con 20 de matrimonio, nunca había sentido la humedad de una boca en mi pene, nunca había podido experimentar la rispidez de una lengua chupándome. Y ahora la tenía a ella, 12 años menor que yo, de rodillas frente a mi, sometiéndose voluntariamente a una felación extraordinaria.
Cuando hubo subido y bajado unas cinco o seis veces, me soltó con un sonido húmedo, me miró sonriendo y me dijo: "¿te gusta bebé?”.
Yo como pude, agitado y con el corazón en la boca atiné a mover mi cabeza afirmativamente. ¿Cómo no habría de gustarme? Me estaba volviendo loco. Todo mi tronco bien erecto estaba empapado de su saliva, moviéndose al compás de mis latidos cada vez más fuertes.
Ella volvió a sonreír, me tomó de las dos manos y las dirigió hacia su cabeza, al tiempo que volvía a bajar para captar con su boca la ...