1. El piso de estudiantes, la puerta de enfrente


    Fecha: 28/01/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... lengua por mis depiladas, suaves y muy sensibles axilas. Ese chico sabía como excitarme.
    
    Le dejé hacer por supuesto Me estaba poniendo a mil. Siguió lamiendo mi vientre, metió la húmeda en el ombligo y un rato más tarde estaba besando el pubis y la raíz de la polla. Ésta
    
    durísima apuntaba directamente al frente.
    
    Pasó de largo y se metió mis huevos en la boca. Antes de seguir me empujó a la cama para estar más cómodos y que yo pudiera también acariciarlo. Mejor todavía él pensaba en un sesenta y nueve. Así que dejó su bonito y depilado rabo al alcance de mis labios y lengua.
    
    Además agarré con fuerza sus nalgas. Las separé para poder acariciar el ano. No podía gemir pues para entonces ya tenía mi verga en la boca y viceversa evidentemente.
    
    Ya no paramos hasta corrernos en la boca del otro. En vez de tragar su lefa la guardé en la boca para dársela en un nuevo beso. A él se le había ocurrido la misma idea. Y un segundo más tarde nos vimos cruzando las lenguas con nuestro semen en ellas.
    
    Ese chico es tan guarro y morboso como yo.
    
    - Como todos en tu piso sean como tú os lo pasasteis de miedo.
    
    - Más o menos sí.
    
    Mientras habíamos estado comiéndonos los rabos no habíamos dejado de jugar con el culo del otro. Para cuando me corrí ya tenía dos dedos abriendo su ano. No me fue muy difícil. Ya lo tenía bien trabajado.
    
    El mío a esas alturas también se abría bien y él lo aprovechaba para hurgar en mi interior. Con todo ese tratamiento mientras nos besábamos ...
    ... las pollas se estaban volviendo a poner duras.
    
    - ¡Fóllame!
    
    Me dijo. Y no pensaba llevarle la contraria aunque también deseaba su rabo en mi interior. Quería ver su cara de vicio mientras le penetraba. Así que le puse en el borde de la cama. Y yo de pie frente a él.
    
    Apoyó las piernas en mi pecho, bien abiertas. Él sabía lo que yo estaba buscando. Mantuvo las nalgas separadas con sus manos mientras mi glande se iba abriendo paso en su interior.
    
    Tenía sus pies a los lados de la cabeza y aproveché para besarlos y lamerlos. Mientras me movía despacio pero firme, sujetando sus muslos con las manos. Hasta meterla entera en el caliente horno que era su duro culito.
    
    Le miraba a los ojos disfrutando de su cara de morbo a la vez que él estaba viendo la mía. Tardé un rato en correrme pero no quería sacar la polla de allí por nada en el mundo.
    
    Al final la cosa se fue final y terminó por door sola de tan caliente agujero. Después de una limpieza rápida volvimos a la cama aún con ganas. Su rabo seguía duro como el hierro.
    
    - ¡Cabálgame!
    
    Era una opción que me gusta bastante así que no puse objeciones. Me subí sobre su cadera. Dejé caer un buen chorro del lubricante que siempre tengo a mano sobre su glande. Fue resbalando por el tronco hasta llegar a sus huevos.
    
    - Suave, por favor.
    
    - Desde luego.
    
    Él mismo sujetaba su polla en posición vertical para acertar con mi ano a la primera. Bajando despacio hasta que mis nalgas se asentaron en sus muslos. Me apoyaba en su ...