1. Tras el primer concierto (I)


    Fecha: 01/02/2024, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... el ritmo impuesto por Víctor y a la vez soportar los repetidos asaltos de Héctor, quien no le concedía ni un momento de relax. Inclinándose sobre él aferró sus testículos y les masajeó con su manaza mientras el consolador entraba y salía a un ritmo constante. Abrumado y llevado al límite Álvaro no pudo aguantar más. Un potente orgasmo irradió desde su pene y le forzó a arquear la espalda hacia dentro, mientras largos chorros de semen caían sobre la colcha. Ambos hombres se detuvieron, observando como terminaba sin manos. Héctor cruzó una mirada significativa con Víctor que sonrió a su vez, dando crédito a lo que ya le había contado el gigante. Violentos escalofríos recorrieron al joven que por fin terminó.
    
    En el momento en que el placer empezaba a disiparse, Héctor le agarró del pelo, tirando bruscamente de su cabeza hacia atrás y forzándole a dejar de chupar por un momento. Víctor aprovechó el breve descanso para pasar su pene por la cara del chico, que pudo apreciar perfectamente sus diecinueve centímetros. Aunque más corto que el de Héctor, era más grueso y sus venas resaltaban muchísimo más que las del gigante que ahora acariciaba sus nalgas casi con dulzura, causándole un escalofrío de excitación al comprender que había cometido un error.
    
    –Vamos a ver, –empezó con un tono suave y meloso– ¿Te he dado permiso para que te corras?
    
    –No… no lo has hecho –musitó Álvaro mientras el pene de Víctor pasaba sobre sus labios, cubriéndolos de líquido preseminal.
    
    –Ya, eso ...
    ... pensaba. ¿Te ha dado Víctor permiso para hacerlo?
    
    –Tampoco lo ha hecho, pero no aguantaba más, no he podido evitarlo –gimoteó intentando mirar a Héctor.
    
    El hombre afianzó más el puñado de cabello en su puño y sin dejarle continuar descargó su manaza en las tiernas nalgas de Álvaro, que gimió excitadísimo por el rudo trato que recibía. Agarrando el pene aún erecto del chico le apretó con fuerza y le masturbó ejerciendo más presión de la necesaria, a modo de castigo. Los húmedos gemidos del joven se intensificaron y movió las caderas sin percatarse de ello siquiera. El bajista volvió a frotarse contra los labios cubiertos de saliva y líquido preseminal y golpeó sus mejillas con el pene, sonriendo con tiranía mientras le veía retorcerse.
    
    –No importa si no te aguantas, estúpido. Si nosotros no te damos permiso, no puedes ni siquiera moverte. –Le reprendió Víctor empleando el mismo tono impostado y meloso y sin perder la sonrisa–. No obstante, podemos ser indulgentes y suavizar un poco el castigo. No lo has hecho nada bien, pero así estarás más tranquilo el resto de la noche.
    
    Álvaro se estremeció nuevamente. Héctor recogió toda la melena del joven en su manaza y se la tendió a Víctor, que la enroscó en torno a su puño a modo de correa. Con el corazón desbocado y latiéndole como loco contra las costillas Álvaro alcanzó a ver cómo se reacomodaba el gigante detrás de él, con ambas manos sobre sus nalgas. El bajista alcanzó la almohada y colocándola sobre su regazo enterró ...