1. Tras el primer concierto (I)


    Fecha: 01/02/2024, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía un tercer color, pues chorreaduras rojas bordeaban el contorno de su nariz algo ganchuda, su boca y sus ojos, fundiéndose con el negro y resultando casi inapreciables salvo a escasa distancia. Sus ojos marrones eran fríos, calculadores y distantes. La larga cabellera oscura, aunque bien cuidada, caía enmarañada en ondas naturales hasta alcanzar la mitad de su espalda. De todos era el que llevaba la barba más larga, dividida en dos trenzas rematadas con dos pequeños abalorios de acero que reflejaban la luz.
    
    Al tenerle de frente confirmó su primera impresión que le decía que no alcanzaba la altura de Héctor, tarea harto complicada por las descomunales dimensiones de este, aunque sí sobrepasaba su propia altura por quince centímetros, más o menos. Al igual que Héctor, su constitución en exceso musculosa parecía llenar su atuendo de cuero, tanto que daba la impresión de que este reventaría por algún lado al primer movimiento brusco que hiciese. No solo sus brazos eran enormes, también el pecho, el torso y las piernas parecían estar cubiertos de más músculos de los que habría jurado posibles. Sus brazaletes de clavos cubrían toda la piel que el chaleco de cuero y la camiseta de manga corta no cubrían y combinaban con las altísimas botas de cuero, igualmente tachonadas.
    
    Héctor palmeó el sofá con su manaza, invitándole a sentarse con una sonrisa tranquilizadora y a la vez socarrona pintada en la cara. Con cierta rigidez el joven se dejó caer junto al hombretón, mientras ...
    ... el músico tomaba asiento justo a su lado. Comprimido entre las dos moles no pudo evitar excitarse nuevamente. Sentía la presión de las piernas de ambos contra las suyas y el calor que emanaba de sus cuerpos. El haberse quedado a medias antes no ayudaba, sentía la cabeza nublada por el deseo y la excitación y cuando la mano ruda y áspera del bajista se apoyó en su pierna no pudo evitar un suave gemido. Con las mejillas ardiendo fijó la mirada en la mesa, deseando que no se hubieran percatado de ello.
    
    –Así que este es el chaval por el que me diste plantón el otro día. He de decir que merece la pena, es una auténtica monada, un poco cortado, pero adorable. –El tono jocoso no enmascaraba del todo el acero de debajo y Álvaro se estremeció ante la evaluación recibida.
    
    –Ya te dije que valía, ¿o no? Pero ve más despacio, el chaval aún es un novato. –Con una pequeña risa apoyó su manaza en el otro muslo del chico que separó más las piernas a pesar de su embarazo–. El otro día fue su primer concierto.
    
    –¿Y ya en tu primer concierto conseguiste acostarte con esta bestia? –preguntó francamente sorprendido mientras acariciaba la pierna del joven, ascendiendo despacio hasta las ingles–. Es sorprendente, tienes que ser realmente bueno follando, Héctor siempre ha tenido muy buen gusto.
    
    La mano áspera siguió ascendiendo, tocando su entrepierna con más suavidad de la esperada. El contacto cálido y pesado bastó para generarle de nuevo una erección, más molesta que placentera debido a ...
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