1. Violada por un incubus


    Fecha: 02/02/2024, Categorías: No Consentido Autor: Aslam56, Fuente: CuentoRelatos

    ... ella, las lesiones en sus hombros y pecho. Luego fue sobre mí. Me vio la espalda. Sacó de su maletín unas gazas y líquidos. Al ponerlos en mi piel, sentí mucho calor y alivió. Luego me dijo
    
    - Pon el remedio en todo el cuerpo de la joven
    
    Se quejaba Elizabeth pero sus lesiones iban desapareciendo. En un envase pequeño me dio más cura, diciéndome
    
    - Hazle lavativas vaginales a tu mujer con esta esencia que te doy. Por las marcas y olor que percibo noto que fueron atacados por un ser diabólico. Debes curarla o morirá en medio de espantosos dolores. Con esa bestia debo ajustar cuentas. Sin duda es la misma a la que vengo siguiendo desde hace tiempo. ¿Dime dónde encontrarla?
    
    Le di los pormenores y llaves de mi casa, así mismo, la dirección del hotel, al que habíamos llegado para salvarnos. El hombre, me dijo - Voy a tu casa. Cazaré a la bestia
    
    Regresamos al hotel y procedí a curar a mi esposa en su vientre. Nos llegó la noche. Dormíamos apaciblemente creyendo que estábamos a salvo. Sentí que de mi tobillo se aferraba una garra que me sacó de un tirón de la cama. A mí vista estaba el Incubus, que me decía
    
    - ¡Te dije que ella es mía!
    
    Me aventó sobre los muebles del cuarto de alquiler. Casi pierdo la conciencia. Elizabeth, quiso lanzar un grito de terror pero el monstruo se lo impidió. Le arrancó y destrozó con fuerza la blusa y el sostenedor y la tanga. Desnuda la echó al pasillo de la recámara, quedando ella en cuatro. Así la montó, metiéndole los dedos en la ...
    ... boca y penetrándola sin piedad. Las garras se le aferraban en los hombros impidiéndole zafarse. Ella aunque suplicaba y luchaba no podía moverse. El ensarte era completo. Su vagina quedó ajustada como anillo al dedo. Le provocó grandes orgasmos. La bestia, decía
    
    - ¿Verdad que te gusta? ¡Dile a tu marido lo rico que sientes ahora que te lo hago! ¡Zorra eres mía para siempre! Ah, siente mi semen caliente abrazar todo tu vientre. Siente el placer que ningún humano podrá darte -
    
    Ella, cómo hipnotizada, contestó
    
    - Sí, eso es. Así, así. Me gusta. Házmelo más fuerte. Dame. ¡Qué rico! Me gusta. Sé duro con tu zorra. Soy tuya, tuya. Hazme venirme delante de mi esposo!
    
    En un momento de lucidez con desesperación y furia, dijo ella
    
    - Déjame en paz inmunda asquerosidad. Si te agarro de los huevos te desmadro. Mugre mono jorobado
    
    Comenzó la Bestia con su larga lengua a enrollar los senos de mi cónyuge como a un juguete de trapo la levantó. Le separó las piernas y contra la pared siguió taladrándola, sin dejar de sujetarle de los senos. Cada que el engendro empujaba para arriba, todo el cuerpo de mi esposa quedaba en el aire para luego caer ensartándose en el pene. Combinaba ella lágrimas con muecas de placer, haciéndola víctima de nuevos orgasmo no deseado. Tan concentrada estaba la bestia en su violación que no esquivo el que la envolviera en una cobija. Desaté mi furia, asestándole una cascada de golpes. Le gritaba
    
    - ¡Maldito deja en paz a mi esposa!
    
    Mis manos ...