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Alimentando un inmigrante con mis senos lactantes y enormes
Fecha: 02/02/2024, Categorías: Sexo Oral Autor: dradelsexo, Fuente: CuentoRelatos
... tomar la oportunidad que estaba frente a él. Su olor inundo la habitación con su olor a hombre, sabía que él estaba listo para convertirse en hombre. Yo quite las copas al mismo tiempo y varios chorros de leche salieron disparados por todos lados. Le cayó un poco de leche en el rostro y ya no pudo resistir más. Se lanzó como un loco a mis senos. - ¿Qué es lo que haces muchachito? -Perdóneme señora ya no aguanto, nunca había visto unos pechos así de enormes -dijo con leche cayendo por la comisura de sus labios y mordiendo mis pezones tan erectos. -No es correcto cariño, tú eres muy joven -dije tratando de resistirme para provocarlo más. -Usted se buscó esto coño, usted bien que me provoco señora, ahora ya no puedo parar. Su olor era penetrante, agrio y maloliente. Pero su forma tan inexperta de succionar mi pecho me estaba volviendo loca. La leche no paraba de brotar como si mi pecho quisiera alimentarlo. Como si su juventud despertara en mi cuerpo mi instinto maternal ¿Parece que querías refrescarte aún más con la leche de mi pecho verdad mi niño? -pregunté llena de morbo y deseo, mientras acariciaba su cabeza. Si mami -dijo mientras exprimía mis senos buscando mi dulce leche materna-. La succión de sus labios rápidamente erizaba mi piel. Poco a poco mi cuerpo incrementaba su temperatura mientras veía como aquel moreno de fuego se alimentaba de mi pecho lleno de tanta leche. Mi mano s dirigió instintivamente a su entrepierna para poder palpar aquel terreno. ...
... Un buen bulto duro como rocas era demasiado prominente. Pude sentir como ya en sus pantalones había unas pequeñas gotas que humedecían la mezclilla, probablemente de su dulce pre eyaculación. Lo tome de su cuello y bese sus labios, estaban rebosantes de mi líquido maternal y pude probar mi sabor de su lengua. Nuestras lenguas hacían una fusión entre saliva, leche y deseo. Podía notar que era su primer beso de lengua, así que lo fui llevando bajo mi tutela. Mis labios saboreaban su lengua inexperta succionándola como su fuera un pequeño pene, él estaba fuera de sí, solo masajeaba mis senos por inercia, pero él quería ya consumar su deseo. Bajé hasta su pecho y comencé a saborear su amargo sudor. Con cada beso sentía como su cuerpo tan firme se estremecía. Me estaba deleitando con la rigidez de su abdomen, casi tan duro como su erección que hacía gotear mi entrepierna. Abrí el broche de su percudido pantalón y bajé lentamente su bragueta. Un gran falo casi me golpea el rostro. Escurría un dulce y virginal elixir de la punta; transparente y abundante caía poco a poco desde la punta a la base: unos testículos abundantes en semen, tan apetecibles como aquel falo, tan exquisito en apariencia. En un solo movimiento le di la bienvenida al mundo sexual con mis labios y mi lengua hambrienta. Su pre eyaculación era un delicioso manjar tan dulce como su inocencia. El sujeto mi cabeza con fuerza soltando un gran gemido de inmenso placer. Me marcaba el ritmo con ambas manos y yo le ...