1. Quiéreme a mi manera


    Fecha: 09/02/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... afanó como pocas veces he visto. Entonces mi cabeza se iluminó y supe que era el momento. Me agaché a su lado.
    
    Eres mejor de lo que había imaginado – le susurré bajando la mano por su espalda.
    
    Al llegar a su culo lo apreté. Le gustó, pude notarlo en su gesto y en el estremecimiento de su cuerpo. Aproveché que llevaba una falda ancha para colar mi mano bajo la misma y seguir tocándola. Pude apartar sus bragas y notar su humedad, estaba empapada. Acaricié su coño mojando mi mano con su jugo e introduje un dedo. Se le escapó un gemido a la vez que se volvía a meter toda la polla hasta lo más profundo de su garganta. David gimió y se estremeció. Empecé a masturbarla con avidez y ella respondió al gesto intensificando la mamada. La cara de David era el reflejo del placer en estado puro. Ella agarró su polla y se la frotaba por las mejillas, incluso golpeándoselas.
    
    Cabrón – me dijo -, ahora quiero que me la meta.
    
    Ya has oído, David.
    
    Se puso en pie, se inclinó, se echó la falda sobre la espalda y yo bajé sus bragas hasta quitárselas. David no perdió tiempo y la penetró con ganas, le noté furioso.
    
    Ponte delante – me dijo ella -, necesito un punto de apoyo.
    
    Lo hice. Entrelazamos nuestros brazos mientras David le daba lo que quería. En un momento dado agarré sus dos brazos por las muñecas con una sola mano, y con la mano libre aproveché para sacármela y dejarla delante de ella. Volví a agarrarla por sus antebrazos. Ella estampó su cabeza en mi vientre ...
    ... gimiendo.
    
    Eres un cabrón – me dijo entre gemidos -. Como cambie algo te mato – y acto seguido se la metió en la boca.
    
    Había conseguido dar un paso en la dirección que tanto había deseado, y empecé a gozar de ella físicamente, follándome su boca.
    
    Cariño – dije al ver los gestos de David -, creo que David te va a dar algo bueno en breve.
    
    Joder, sí, pero correos juntos, como estáis – me respondió.
    
    La sujeté del pecho para dejar una mano libre y masturbarme rápido para conseguir su capricho.
    
    Aguanta un poco, David – le pedí.
    
    Date prisa tú, tío, estoy a mil.
    
    Nos miramos y asentí. Aceleré más el ritmo durante un rato y volvimos a mirarnos él y yo, y asentí en señal de que estaba preparado. Él tensó la mandíbula y adiviné lo que el gesto me quiso decir.
    
    Prepárate, Diana – avisé mientras se la volvía meter en la boca.
    
    En unos segundos David empezó a correrse y yo lo acompañé poco después, cuando él no había terminado aún. Una mezcla de semen y babas cayeron sobre mis zapatos mientras ella se retorcía y contoneaba atrapada entre dos pollas. Lo hizo durante un buen rato, deleitándose. Dejándose apagar el fuego lentamente, regocijándose y sintiendo lo que hacía tan solo unas horas me había confesado.
    
    Volvimos a la barra y tomamos otra copa. David quiso dejarnos su teléfono antes de despedirnos, pero Diana se negó.
    
    Ha sido genial, David, no me malinterpretes, pero ha sido mi primera vez y debo tomarlo con calma. Ahora sabemos donde podemos encontrarte, además, he ...