1. El obrero y el policía...


    Fecha: 16/10/2018, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... cualquier cosa. Me separé de él y andé con mi rabo tieso hasta mi bolsa de deporte, donde guardaba mi ropa y el lubricante por si surge la ocasión. Observé como el policía no perdía de vista mi miembro oscilante y recto entre mis piernas. Quizás estaba intentando calibrar su volumen, prepararse para la cantidad de dolor que podía sufrir si le atacaba con ese pedazo de carne. Me sentí un poco exhibicionista y moví mi falo con los músculos de mear, hinchándolo, para que se alzara, sin tocarlo con mis manos. Se asustó todavía más. Cogí mis cosas y recuperé el contacto con su cuerpo.En todo momento, mi presa lanzaba gemidos, como rogando, pero cuando empecé a lamer su ano para relajárselo estos gemidos se interrumpían por breves segundos de incredulidad.- ¿Es que tu hembra no te ha lamido nunca el culo, machote?- le pregunté divertido.Su trasero olía a culo y sudor, pero valía la pena notar como se relajaba poco a poco. Pero perdí la paciencia, mi falo palpitante me pedía más. Le esparcí una buena cantidad de lubricante transparente en el culo, y me dediqué a extendérselo por fuera y por dentro, con un par de dedos traviesos. Cuando mis dedos entraron en el cuerpo de mi pobre presa, él se puso a llorar. Treinta y cinco años de macho policía, la edad que debía tener, lloraban como un niño ante mi asedio. Se acababa de dar cuenta de que iba a ser violado. Me lubriqué el rabo sin más dilación y deposité la cabeza en su ano.- Ahora es cuando tienes que dejarme darte placer.- le ...
    ... dije recostando mi torso contra su espalda.Cuando me separé de él para dirigir mejor la maniobra de violación, noté como nuestros sudores se mezclaron. El de mi pecho y el de su espalda. De sus axilas manaba un olor que me excitaba y me ponía furioso. Era su miedo, su pánico. Empecé a presionar con mi poderoso culo, veterano en estos menesteres. Mientras, mi macho se sometía abrazando el bidón en el que le apoyé. Su cara se enrojecía. Se resistía.- Ablanda el culo o entraré de un golpe y te partiré en dos.- le advertí.- Ten valor.El hizo lo que un hombre adulto y virgen, fuerte como un toro, hace con su virilidad puesta a prueba. Rindió su culo y se convenció poco a poco de que su hombría no dependía de su virginidad anal.- Así...- le informé.- La cabeza ya está dentro.Mi policía soltó el aire, tras el esfuerzo inicial.Enterré mi descomunal espolón de carne centímetro a centímetro. El macho gemía a gritos de dolor pero yo detenía el paso y volvía a clavar cuando notaba que se acostumbraba. El lubricante no hacía mucho más fáciles las cosas. A mis ganas de hacerle gozar, se contraponía mi deseo a****l de imponerme a aquel macho y consagrar con mi semen su hombría. Quería ver entrar y salir mi polla de aquel tío, ungida en sangre y semen, con gritos de dolor aplaudiendo mi faena. Pero me contuve, y poco a poco ensarté completamente el cuerpo de aquel policía. Cuando finalmente mi escroto afeitado chocó con los enormes cojones de mi hombre, me sentí tan macho que le ofrecí una ...
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