Mi sumisa traía regalo (I) - Relatos Eróticos

Mi sumisa traía regalo (I)

... campo de futbol, es grande y se puede hablar sin que te oigan, y espero que sepas como tienes que presentarte ante mi PERRA, y no me gusta la impuntualidad, es algo que castigo”.

“Gracias SEÑOR, alli estaré y le aseguro que no le defraudare y ademas siempre soy puntual”.

“De nada PERRA, como todo ha sido precipitado, y tú vas a tener un día ajetreado, no vamos a hablar, solo quiero que cuando te vayas a la cama me des las buenas noches, si no lo haces lo entenderé como que te has echado atrás, y por la mañana lo mismo, por si por la noche te lo piensas, lo primero que harás al abrir los ojos será darme los buenos días, y por supuesto tienes prohibido tocarte y menos correrte PERRA”.

“Asi lo hare SEÑOR, espero que pase un buen día”.

El resto del día fue tranquilo, aunque he de reconocer que todo esto me tenia excitado e intrigado a la vez, y que releí los whatsapp varias veces, algo que es raro en mí, porque aunque las palabras son importantes, a mi me gustan más si tras ellas hay unos ojos, y aunque yo no sabia como era, ella si me había visto a mí, puesto que yo en mi perfil si tengo foto.

Sobre las once recibí un whatsapp dándome las buenas noches, al que yo respondí en los mismos términos, no quería ponerla más nerviosa de lo que suponía que estaba.

A las ocho de la mañana recibí el de los buenos días, donde también confirmaba que estaría alli a la hora acordada.

A las diez y cuarto yo ya estaba alli, y como ella me conocía por lo menos en foto, ...

... entre y busque una de las mesas más alejadas y tranquilas para poder hablar sin nadie pegando la oreja, y le dije a la camarera que se acerco que estaba esperando a alguien que en cuanto viniese le pediría.

Y a las diez y veinticinco más o menos vi aparecer a una mujer que me dije que era ella, y acerté, uno sesenta y poco, bien proporcionada, no estaba delgada, pero todo bien puesto, por lo menos lo que veía en la distancia, falda zapatos y medias negras, y una cazadora de cuero negra.

No me equivoque, porque en cuanto me vio se acercó a mí.

- ¿SEÑOR?

En ese momento caí que en ningún momento le había dicho como me llamaba

-Jajaja, si, y es culpa mía, acabo de caer en que no te dije que mi nombre es Raul, (miré que no había nadie alrededor), siéntate PERRA, pero quítate la cazadora.

Mientras se la quitaba la observe, y no la vi nada nerviosa, raro para una primera vez y digo primera vez en todo.

-Quiero un café con leche en taza con la leche templada y media tostada de aceite.

No se había sentado aun cuando se acerco la camarera, y mientras se sentaba, pedía mi desayuno y el suyo, que ni me acuerdo lo que tomo.

-Me agrada lo que veo PERRA, ¿has descansado bien?

-Si SEÑOR, pero me gustaria decirle…

-No hace falta que lo digas PERRA, ya te lo digo yo, no has podido aguantar sin tocarte y sin correrte, ¿cuántas veces los has hecho)

- ¿Como lo ha sabido?, uffff, lo siento SEÑOR, espero que me perdone, pero dos veces para poder dormirme y una vez ...