El jardín de la vecina (II)
Fecha: 13/02/2024,
Categorías:
Transexuales
Autor: Liver96, Fuente: CuentoRelatos
... iluminó su mirada y respiraba entrecortadamente.
“Que?” dijo Paulie perplejo, estaba demasiado emocionado para dar el sí de inmediato y no podía creer que aquello no era producto de su loca imaginación.
“Lo siento, no debí… no importa…”
“Claro que si, es decir, si quiero estar contigo… pero mi madre…” repuso Paulie con cierto pesar, el gran obstáculo.
Natasha sonrió radiante al oír parte de su respuesta, pero necesitaban una muy buena excusa.
“Decidle que vuelva, tengo una idea,” indicó Natasha y Paulie fue a buscar a su madre.
Regresando con su madre, Natasha usó su típica voz melosa y encantadora para pedir permiso a Selma e invitar a Paulie al cumpleaños de una sobrina, después de que arreglase un pequeño fallo en el ordenador. Aunque tuvo algo de dudas y reservas (pues ignoraba que tan “cercanos" ya eran su hijo y la vecina), la mujer le aseguró que Paulie estaría muy bien y que no se preocupase en absoluto. Prometiendo a su madre que “se comportaría debidamente”, Selma no tuvo inconveniente alguno con esa invitación que le hizo Natasha, además podría relacionarse con otras personas de su edad, además de los vagos del vecindario.
Media hora más tarde, Paulie lucía bien apuesto y listo para “el cumpleaños”. Vestía camisa de manga larga blanca y chaqueta negra más pantalón negro y zapatos. Su madre le dedicó varios cumplidos y guiños, y respirando hondo; salió de su casa y se encaminó hasta la casa de Natasha.
Al verla se quedó sin palabras y ...
... completamente deslumbrado. Natasha estaba ante él con un diminuto vestido rojo brillante que apenas le llegaba a la mitad de los muslos. Su escote abierto dejaba al descubierto gran parte de sus senos y los tacones a juego la hacían ver sublime, su cabello pelirrojo estaba recogido y Paulie no podía creer que semejante belleza estuviese dispuesta a salir con alguien tan insignificante como él.
“Madre mía… estas… estas increíble…” pudo decir el chico al recuperar la capacidad de hablar.
“Gracias. También luces muy apuesto, Paulie,” comentó ella y ambos sonrieron.
Llevándola del brazo se subieron al Corvette y con un acelerón se pusieron en marcha. Natasha disfrutaba la adrenalina de la velocidad y Paulie pudo darse cuenta de que a pesar de todo, ella era casi igual a él en algunos aspectos. Despreocupada, misteriosa y siempre positiva. En par de ocasiones apartó la mirada del camino por fracciones de segundo para ver a Paulie, que no dejaba de sonreír y sentirse el chico con más suerte del mundo.
“Y en donde será la fiesta?” preguntó Paulie a su vecina.
“Ya lo sabrás…” respondió Natasha.
Aparcando el coche, entraron en un famoso club gay de la ciudad. Natasha conocía al segurata y no perdieron el tiempo en la fila de la entrada. Paulie nunca antes había estado en un club gay, pero San Francisco era famoso por ello. El ambiente era increíble, música a todo dar y luces de colores, tanto que si las mirabas fijamente podías cegarte fácilmente, y aquello daba origen a ...