Fantasía de tres tríos (primer trío)
Fecha: 20/02/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Vaquita, Fuente: CuentoRelatos
Cuando terminé de escribir mi primera fantasía, inconscientemente ya estaba preparando esta segunda. Aclaro que, después de que Miguel, mi marido, me dio el mañanero, me fui con Mario, un compañero muy cogedor del trabajo, para darnos gusto en el motel. Después llegué a casa y en la noche mi marido y yo concluíamos con un polvo antes de dormir y se dio el siguiente diálogo:
–Tu panocha olía y sabía riquísima. Ya me la imagino cómo la dejé ahorita, mañana en la mañana quiero chupártela. También imagino cómo te quedaría con dos o más leches distintas –confesó.
–Eso de que me coja otro sólo me lo has dicho cuando me estás cogiendo, y supongo, porque quieres calentarme con la calentura que en ese acto tienes, pero en este momento, me suena extraño. ¿De veras quieres que me coja otro junto a ti? –pregunté azorada.
–Sí, he imaginado verte cogiendo con otro, y que después de que te deje cogida, meterte la verga y resbalarme en tu pepa para darte toda la carga de mis huevos –contestó mientras me dedeaba la panocha.
–¿Y ya has pensado en quién te va a dar ese gusto? –dije jalándole el pellejo del falo.
–Sí, pero no sé si tú quisieras a alguien en particular –preguntó, abriendo otra posibilidad.
–¿Ya has hablado con el que tú pensaste? –pregunté asombrada.
–Aún no, pero si tú quieres, sugiéreme a alguno de mis amigos, o de los tuyos… –expresó.
–Mañana sábado, después de que te tomes tu atole, seguimos platicando –dije y le di un beso en la nariz, reseca por ...
... los jugos que abrevó.
En la mañana, mientras Miguel desayunaba su atole y yo gozaba de sus chupadas, también pensaba en el trío que él quería hacer. Al terminar de chuparme, volvió a la carga con el mismo asunto que dejamos pendiente la noche anterior.
–¿Quieres saber en quién pensé para que te cogiera? –preguntó cariñoso.
–Sale, dime cuál de tus amigos quieres, y después veo cuál de los míos me gustaría –dije para dejar esa puerta abierta, aunque yo ya sabía a quién se lo pediría.
–En Roberto, mi amigo desde que fuimos estudiantes –contestó entusiasmado.
–¡Achis! No es feo, pero ¿por qué él? –indagué, habiéndolo recordado.
–Siempre le gustaste. Desde que éramos novios tú y yo, él me apremiaba a que ya te cogiera, porque si él fuera el novio ya te habría convencido acariciando y mamando tus chiches, “¡Está buenísima la chichona! Si no te la coges tú, dame chance de convencerla…” –me contó algo que yo no sabía, pero sí me daba cuenta que cuando nos veía Roberto, lo primero que hacía después de sonreírme con el saludo, al besar mi mejilla, volteaba a ver la línea de mi pecho.
–Pero ya ha pasado mucho tiempo, estoy pasada de peso y mis tetas cuelgan más por lo bofas –le señalé–. Además, Roberto se divorció hace tiempo y seguramente tiene una mejor con quién coger.
–¡Será lo que quieras!, pero el otro día que estábamos tomando, y se le pasaron las copas dijo que me envidiaba porque yo tenía una mujer que se puso más hermosa y buenota con los años. “Cógetela ...