-
Mi año sabático (2)
Fecha: 23/02/2024, Categorías: Hetero Autor: RolandDeschain, Fuente: CuentoRelatos
... escuchar toda la madrigada los sonidos de sexo de mi amiga con ese tipo. Pero cuando tomé el celular me di cuenta que era temprano, apenas eran las 9pm. Lo que significaba que apenas llevaba unos 20 minutos dormido. Y, aun más importante, que no se habían demorado nada en regresar. Supuse que ambos debían estar muy cachondos y no querían perder el tiempo. Inconscientemente agudicé el oído. Aunque no quería, me daba mucho morbo escuchar lo que hacían. Pero me di cuenta que había demasiado silencio. Incluso para una pareja que intentara no hacer ruido. Me levanté, y me acerqué a la puerta para intentar escuchar mejor. Nada. Salí de mi habitación despacio y en silencio para evitar arruinar el juego previo, por si me equivocaba. Al asomarme al salón encontré a Rebeca sentada sobre el sillón, abrazada las rodillas y con la cara hundida en ellas. Yo: ¿Reb? -me acerqué cautelosamente- ¿estás bien? Rebeca: Si -respondió- Bueno, no. Ya ni siquiera lo se. Yo: ¿pasó algo? ¿Dónde está tu sabrosura latina de metro ochenta y nueve? Rebeca: No lo sé. La última vez que lo vi estaba camino al baño de hombre de la discoteca. Yo: Vas a tener que explicarme porque no entiendo un carajo. Rebeca: El tipo es un patán -dijo explotando. Al fin levantó la cabeza y pude ver como el rímel de sus ojos estaba corrido. Había llorado- Ni bien llegamos a la discoteca me pidió el trago más fuerte. Ni siquiera me preguntó qué quería. Solo lo ordenó. Quería emborracharme. Y cuando se ...
... dio cuenta que no estaba bebiendo se sacó a bailar. Si a eso se le puede llamar bailar. Lo único que hacía era frotarse y restregarse contra mi. Y cuando creía que nadie estaba viendo, Intentaba levantarme la falda. Yo: Pedazo de idiota -dije sinceramente enojado. Rebeca: Y eso no es todo. Creo que creyó que le estaba funcionando, porque finalmente se acercó y me habló al oído. Me dijo «mira lo que tengo para ti». Tomó mi mano y la llevo a su paquete. Estaba excitado. No espero a que yo le respondiera de ninguna manera. Simplemente dijo «te espero en el baño» y se fue. Yo también lo hice. Pero me fui de ahí. Pedí un taxi y vine a casa. Yo: mierda Reb, lo lamento. Rebeca: Lo peor de todo es que yo si quería coger. ¡Mierda! ¡Me muero de ganas de coger! Incluso toda esa mierda me tenía muy excitada. Pero tampoco le iba a aceptar. No sé qué clase de zorra cree que soy. Apenas nos conocemos. Para ese punto ya no decía nada. Sabía que mi amiga no necesitaba consejos, y tampoco apoyo. Solo necesitaba desahogarse. Rebeca: Me siento sucia. Caliente, pero sucia. Es verdad que a veces me gusta sentirme una puta. Pero no me gusta que los demás me vean como una. Carajo. Necesito una ducha. Sin esperar respuesta o palabra de mi parte, se levantó del sofá y fue hacía el baño. Cerró la puerta de un golpe. Yo me quedé por un rato en el salón, tratando de procesar todo eso. Me sentía sumamente enojado con ese idiota, y por atreverse a hacerle eso a mi amiga. Pero a la vez ...