Mi año sabático (2)
Fecha: 23/02/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: RolandDeschain, Fuente: CuentoRelatos
... estaba aliviado. Los celos que había sentido hasta entonces habían desaparecido. Con esa mezcla se sentimientos decidí regresar a la cama. Ya mañana se me ocurriría mejor que hacer con respecto a ese idiota, y también pensaría en como subir el animó de Rebeca.
Al pasar frente a la puerta del baño, me detuve al escuchar un ruido al otro lado. Sonaban como sollozos. Mi amiga estaba llorando. Abrí la puerta despacio para no asustarla. Y metí la cabeza por el espació que había dejado. Puede ver a Rebeca, aun vestida, sentada sobre la tapa del excusado. Pero no estaba llorando. Se estaba masturbando. La imagen que tenía frente a mi era terriblemente excitante.
Rebeca estaba sentada sobre la tapa del excusado, con su espalda apoyada sobre el tanque de agua y la cabeza echada hacia tras. Sus cabellos se regaban por los lados de la tapa del tanque. Tenía los ojos cerrados y la boca media abierta por los gemidos que se le escapaban. Aun tenía puesto el vestido, pero estaba levantado. Sus piernas abiertas le daban paso a sus manos que se daban gusto jugando y explorando su intimidad. Con su mano derecha utilizaba las yemas de los dedos para acariciar el clítoris, mientras que con los dedos anular y medio, penetraba en el interior de su vagina.
Me quede petrificado con la visión de lo que tenía frente a mi. No sabía que debía hacer. Si alejarme en silencio y dejarla terminar tranquila en su soledad, o aprovechar el momento y unirme a ella. Por suerte no tuve que tomar esa ...
... decisión. Pues en ese momento Rebeca abrió los ojos y me vio directamente.
Rebeca: ¿Te vas a quedar ahí parado toda la noche? -Me pregunto.
Sin responder me acerqué a ella, y sin mediar ni una sola palabra me agaché. Recorriendo la mitad del trayecto hasta la tasa del baño de rodillas. Al llegar a sus pues, tomé su pierna izquierda y la levanté a la atura de mi rostro. Con suaves toques, fui besando sus pies descalzos, y lentamente subiendo por sus fuertes piernas. Pasando mis labios meticulosamente por sus tobillos, sus pantorrillas, sus canillas y rodillas, sus muslos, sus caderas. Hasta finalmente estar frente con frente con su apetecible vagina. Acerqué mi rostro a su entrepierna, y con mis labios acaricié lenta y pausadamente alrededor de sus labios mayores, pero sin tocarlos, sintiendo como se estremecía con cada casi imperceptible ráfaga de aire que salía de mi nariz y se encontraba con su piel desnuda.
Para luego repetir el movimiento pero esta vez utilizando mi lengua, sin parar un solo momento, hasta dejar bien húmedo con mi saliva, cada parte de sus pubis, ingle y entrepierna. El penetrante ahora de su humedad entraba por mi nariz y me embriagaba de deseo y lujuria. Fui invadido por un impulso irracional de cogérmela en ese momento. Sin juegos previos, ni más esperas. Simplemente levantarme, y hundirle hasta el fondo mi tranca. Pero sabía que esta vez debía hacer las cosas de mejor forma. Si quería tenerla, de verdad poseerla, debía complacerla en todos los ...