1. Mi año sabático (2)


    Fecha: 23/02/2024, Categorías: Hetero Autor: RolandDeschain, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacerlo en la ducha.
    
    Rebeca se quedó mirándome con cara de asombro. Aunque en su expresión también se podía distinguir la lujuria. Estaba claro que ella aun no tenía suficiente tampoco. Tomando la iniciativa, se levantó de la taza del baño como pudo y me tomó de la mano. A rastras me llevó dentro de la ducha y abrió la llave de agua con su mano libre. No habían caído aun las primeras gotas de agua sobre su piel, cuando se abalanzó nuevamente sobre mi. Comiéndome la boca y recorriendo cada parte de mi cuerpo con sus manos.
    
    Creo que nunca en mi vida me habían besado de forma tan caliente. El deseo que de Rebeca se desbordaba, y exudaba por cada uno de sus poros. Sus besos eran intensos. Diría que incluso agresivos. Más que pasión o lujuria, lo que demostraba mi amiga era necesidad. Actuaba de la misma manera que lo hubiera hecho un drogadicto al mostrarle un poco de polvo, después de semanas de abstinencia. Su lengua se repasaba meticulosamente cada rincón de la mía. Sus manos alternaban sus caricias entre mi pecho, abdomen, nalgas, y mi verga. Que para ese momento palpitaba intensamente debido a la excitación. Entre todo eso, Rebeca me rodeaba con su pierna izquierda. Restregando contra mi cuerpo su doblemente mojada vagina. Primero por sus jugos y ahora por el agua tibia de la ducha.
    
    Mientras tanto, yo me dejaba hacer. Solo permanecía quieto. Casi petrificado. Fascinado por la idea de ser, al menos en ese momento, el objeto del deseo de mi amiga. Y que ese deseo ...
    ... haya llegado a tales extremos, que prácticamente se estaba follando a si misma, usándome como una herramienta. Y de esa forma. Desesperada y descontrolada. Mi amiga de hacía tantos años. Aquella con la que había compartido tanto. Ahora usaba sus mandos para masturbarme.
    
    Siempre me ha gustado la sensación de ser masturbado por una chica. Dicen que no hay mano como la propia. Pero para mi eso nunca aplicó. De la misma manera que hay personas que tienen fetiches con los pies. Creo que puedo decir que yo siento un fetiche por las manos. Y no hay cosa más excitante para mi, que sentir las manos de una chica en mi polla, Subiendo y bajando. Jugando. Deslizando el prepucio y rozando mi glande con la yema de sus dedos. Pues esto era completamente diferente a eso. Pero a la vez era enormemente estimulante. No había caricias en lo que Rebeca le hacía a mi falo. Era un acto de lujuria pura. Su mano apretaba el tronco de mi pene como si quisiera exprimirlo y el recorrido de adelante a atrás, se asemejaba más a un apuñalamiento que a un acto amatorio.
    
    Me masturbaba con rabia y locura. Y de esa misma forma introdujo mi miembro en su hinchada entrepierna. De una sola estocada. Fue tan repentino que mis gemidos se mezclaron con un grito de sorpresa al sentirme dentro de ella. Por su parte, mi amiga no se detuvo ni por una milésima de segundo. En el momento que mi polla la penetro, comenzó con un arrítmico movimiento de caderas. Ayudándose de sus manos que se habían clavado en mi espalda ...
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