1. Mi infidelidad y las ventanas


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Analucy Torelo, Fuente: CuentoRelatos

    Ese sábado por mañana le forcé a mi esposo postergar su entrenamiento de fútbol e ir conmigo al taller que me habían recomendado, para preguntar por el costo de remplazar las ventanas en la nueva casa.
    
    Nuestro matrimonio vivía un punto de plenitud. Ambos en los treinta años con buenos empleos y con un proyecto de familia había empezado con la compra de la casita que ahora poseíamos y su lenta remodelación.
    
    Llegamos, no sin cierta tensión, al lugar en cuestión, una mezcla de taller y tienda. Tenía una modesta área de exhibición, pero que en general se veía ordenado y tan limpio como un taller podría estar. El encargado, un tipo alto y barrigón nos atendió amablemente y se presentó. Alejandro era su nombre.
    
    Alberto explicó los detalles del trabajo que requeríamos, el técnico tomó notas y hacía algunas preguntas. Noté que se dirigía intermitentemente a mi esposo y a mí.
    
    Al mostrarnos diversos tipos de materiales y cristales noté que él, a pesar de su prominente barriga, poseía mucha fuerza. Su cuerpo mostraba una buena musculatura, resultado de una vida de trabajo. No mucho mayor que yo, calculé que tendría unos 40 años. Considerablemente más alto que yo y mi esposo
    
    Mi esposo consideró que era suficiente tiempo invertido y llevó la conversación hacia su fin. Yo me sentí molestia por tanta prisa. Seguro que él, pensé, quiere irse a la práctica.
    
    Con toda intención, de permanecer al menos unos minutos más, realicé un par de preguntas las cuales el técnico ...
    ... respondió muy profesionalmente, mientras tomaba una tarjeta y me la entregaba diciendo con una ligera sonrisa.
    
    -llámeme si necesita lo que sea. -Percibiendo la impaciencia de mi esposo.
    
    Agradecí el tiempo del hombre y al intentar tomar la tarjeta, Alberto con un movimiento rápido la tomó primero.
    
    -Le llamaremos dijo él y me indicó que debíamos irnos.
    
    Al despedirnos, sentí que el apretón de manos con el hombre duró apenas perceptiblemente un poco más de lo normal y podría jurar que al darnos la vuelta su vista se fijó en mis piernas y mis nalgas.
    
    ¿Qué te ha parecido?
    
    -pregunté a mi esposo.
    
    -El precio es bastante aceptable- agregué antes de que él contestara.
    
    -Busquemos otra opción. -fue su respuesta.
    
    Añadió después que el tipo no le daba confianza.
    
    -En especial eso de “llámeme si necesita cualquier cosa” era evidente que el tipo no dejaba de buscar tu escote. -Dijo
    
    -Más bien notó que tú ya morías por irte de ahí. Lo cual es evidente y ¡no conduzcas tan rápido! -dije -Sabes que me molesta.
    
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    Me encontraba muy molesta al día siguiente, Alberto tenía todo su interés en el juego final con su equipo. Además, había sido muy claro que debíamos buscar otro técnico, por lo que, las remodelaciones de la casa no avanzarían.
    
    No obstante, por la noche Alberto se disculpó por el retraso que su decisión ocasionaría y no le fue muy difícil acercarse a mí. Lenta y hábilmente acarició mis senos por encima de la ropa.
    
    Los besos se hicieron más intensos, la ...
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