Mi historia con una mujer maltratada (3)
Fecha: 26/02/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos
... decía "Anen" y se hizo unas trenzas.
Pasé mi brazo por encima de su hombro.
—Estás re buena, ¿sabías?
—Sí. Y también estoy nerviosa.
—¿Por?
—Porque hace mil años que no me veo con estas chicas.
—Bueno, tranquila. Va a salir todo bien.
—¿Está preparada la comida?
—Pedí pizza y helado, no te preocupes.
—¿En dónde?
—En la Fragata y Faricci. ¿Por?
—Estás muy preguntón hoy ¿no?
—Es que tengo ganas de cuestionarte todo.
Le dí un beso en el cachete.
—Que no te agarren esas ganas cuando vengan las chicas.
—Por supuesto que no.
Llegaron sus amigas y me las presentó. Una se llamaba Pola, otra Lucila y la última Briggita. Todos nombres mas raros que pegarle a un sordomudo. A todas les di un beso en la mejilla.
Nos sentamos todos en la mesa, Anen en frente mío, dijo que quería tomar contacto visual todo el tiempo conmigo, a veces me tiraba alguna que otra mordida de labios o algún que otro beso y nos agarrabamos las manos. Estabamos comiendo y en un momento una se zarpó y le dijo a mi novia: "Anen, no todas tenemos el privilegio de tener un hombre así ¿eh? Jajajaja". Anen soltó una risa nerviosa, al mismo tiempo que su cara de felicidad se fue tornando en una de completa vergüenza, no sabía dónde carajo meterse, pobre. Fue ahí, en ese preciso instante, que puse los huevos sobre la mesa, no literalmente, no me malinterpreten, y dije: "Yo sólo le pertenezco a Anen, a nadie más". "¿Estás seguro?", me preguntó otra de ellas. "¡Si yo digo las ...
... cosas es porque estoy seguro!". Me re calenté con todas y les pedí amablemente que se vayan de la casa. "Pero todavía ni comimos el postre", dijo la que faltaba por hablar. Claro está, hablaban de mí. "¡Les ordeno que se larguen ya del departamento, zampen los gatos, vamos, zampen los gatos!", grité.
Cuando todo pasó y esas estúpidas sin cerebro se fueron, tuve una charla con Anen.
—Eso que hiciste recién fue increíble.
—Es que me re calentó la manera tan arrogante en la que hablaban, yo no sé si habrán venido copeteadas de algún lugar más.
—Si, ya sé. Hiciste lo correcto.
—¡No aguanto más esta mierda!
—¿Qué no aguantas?
—Tener que estar todo el tiempo cubriéndote del peligro.
—¿O sea que ya no me querés?
—¿¿Qué flasheas?? Yo te amo.
—¿Entonces?
Podía notar como una lágrima caía por su mejilla.
—Ey, no llorés. Vení acá.
Intenté abrazarla, pero me dió un pequeño empujón y dió un paso hacia atrás.
—Respondeme.
—¿Qué mierda querés que te responda?
—¿Entónces?
—Te tenés que hacer valer por vos misma.
—¿Cómo querías que reaccionara?
—No sé... Diciendo ´es mi novio´ por ejemplo.
—Tenés razón.
Ahí terminó la discusión, se secó las lágrimas con la palma de la mano, yo me puse a lavar los platos y ella se fue a ver la tele al comedor. Anen se paró del sillón, vino y se me apoyó atrás. Me agarraba muy fuerte de la cintura. Se pegó como una garrapata. No me soltaba. Se paró en puntas de pie y me susurró al oído: "Hoy quiero ...