1. El diario de Claudia: dando servicio a los vecinos


    Fecha: 17/10/2018, Categorías: Gays Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia está inspirada en hechos reales. Yo diría que casi 70% reales.
    
    Mi casero, José, era un tipo divorciado, quizá en sus 50s quien, a pesar de sus años y vida sedentaria podría decirse que se mantenía en forma. Como todo casero de edificio entretenía sus días espiando la vida secreta de sus inquilinos; hace tiempo que se había dado cuenta que, por las mañanas yo salía con camisa, corbata y maletín y por las noches era Claudia, con tacones altos, minifalda y cartera. Él no se hacía rollo por ello; en realidad, con el tiempo, y viendo lo increíblemente guapa que se me veía como Claudia empezó a buscar excusas para “acercarse” más y más a mí. Eventualmente se “destapó” por completo: le atraían las chicas trans, así que empezó a ofrecer descuentos en la renta por algún tipo de “servicio” – que podían ser desde masturbarlo, dejarlo que me de sexo oral o incluso, dejarme que me coja (¡por un buen descuento claro!).
    
    El tipo llegó a “encariñarse” tanto conmigo que incluso más de una vez me hizo algo de publicidad por mis servicios de puta, consiguiendo nuevos clientes en el barrio. Era divertido en verdad.
    
    Justamente así se dio esta historia. Un fin de semana se dio una fiesta tipo bacanal en uno de los departamentos un piso encima del mío; sabía que allí vivía un tipo en sus 30s que trabajaba en un banco local. Era de esos tipos que se divierten haciendo fiestas y borracheras para sus amigos (y podían ser algo ruidosos de vez en cuando). Esa noche no había ...
    ... planeado salir a ningún lado así que me quedé en casa, vestida en un babydoll negro muy sexy mientras veía algo de porno (claro). De pronto, como a las 11 de la noche alguien toca mi puerta.
    
    -¿Quién podría ser a esta hora? Me pregunté.
    
    Era José. ¿Qué diablos quería a esta hora?
    
    -¿Qué pasa?
    
    -“Hola nena, solo quería avisarte de algo: ya sabes que arriba están de fiesta, puros hombres, con plata. Uno de ellos bajó a mi oficina y me preguntó si por aquí se puede conseguir una chica que ofrezca, ya sabes, “ese tipo de servicios”; de inmediato me acordé de ti”
    
    -“Vaya, gracias, supongo” dije con una sonrisa. “¿Tomarían una trans?”
    
    -“Sí, sí Claudia, no hay problema; les hablé de ti y me dijeron que te pase la voz. Hay buen billete”. “Así como estás se te ve preciosa amor”
    
    -“OK, avísales que estaré por allí en 15 minutos; quiero alistarme un poco”
    
    Él salió corriendo.
    
    De inmediato afiné mi maquillaje (labios de color rojo fuego), me puse mis tacones de stripper que tanto adoro, una braguita elástica más sexy y una batita corta de seda (no podía subir las escaleras solo en baby doll, ¿no?). Como siempre, un par de traguitos para relajarme y humedecer la garganta. Lista. Me miré al espejo: “eres una diosa del sexo Claudia”.
    
    Subí las escaleras y pude ubicar la fiesta rápidamente por la música en alto. Un último acomodo de mi cabello y bata. A tocar el timbre de la puerta. A los pocos segundos se abre por completo.
    
    -“Hola amor, soy Claudia. ¿Quieren compañía?” ...
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