Mis odiosas hijastras (2)
Fecha: 01/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... cara en una obra de arte.
—Hablé con Valu. Ya se le pasó un poco el enojo —dijo.
brió la alacena y bajó el edulcorante. El pantalón negro le calzaba como guante. Ya con los efectos del alcohol me sentí sumamente agradecido de que apareciera en la cocina y me mostrara ese hermoso orto que en general estaba cubierto.
—¿En serio? —dije.
En efecto, se escuchaba la televisión a todo volumen en la sala de estar, señal de que Valentina andaba por ahí. Agos se preparaba un té, dándome la espalda. No pude evitar perder la vista en la costura del pantalón que separaba las carnosas nalgas de la pendeja. Pero no me limité a ojearle el trasero. La miré de arriba abajo. El pelo le llagaba casi hasta la cintura. Su figura era de curvas sutiles, armónicas. Sus manos, con las que revolvía el té, tenían las uñas pintadas y con brillos.
—¿Pensás salir? —dije, pensando que ese era un pantalón que normalmente usaría para salir a bailar. Si bien era cierto que le gustaba producirse y verse bien incluso para salir a comprar al supermercado, no podía evitar pensar que el hecho de que eligiera ese pantalón y de que me diera la espalda durante un buen rato, era algo totalmente premeditado.
—No, con esta lluvia, mejor me quedo en casa.
Me parecía raro tenerla ahí, casi como si fuéramos cómplices. Casi como si me estuviera apoyando. Aunque lo mejor era el simple hecho de que esa princesita estuviera cerca de mí. Hay muchas personas que no entienden lo alegre que puede poner a ...
... alguien simple como yo, el hecho de estar rodeado de belleza. La sola presencia de Agos, que esta vez se mostraba afable, me estaba poniendo de buen humor.
—¿Ya llamaste a mamá? —quiso saber—. Lo pregunto, porque si lo hacés ahora, puede que se dé cuenta de que estás tomando.
—Pero si todavía falta mucho para que me ponga en pedo —dije.
—Sí, pero viste como es mamá —explicó ella, para luego sorber un trago de té. No pude evitar pensar en que no, no sabía cómo era su mamá. Y lo que me dijo a continuación, de alguna manera confirmaba esa afirmación, pues no conocía ese lado de mi mujer—. Con eso de que es escritora, está atenta al mínimo detalle. Un pequeño cambio en tu tono de voz, y enseguida te saca la ficha —añadió después—. No es que sea nada grave. Pero con esta tormenta es mejor que estés con todos los sentidos en alerta. Acordate que estamos bajo tu cuidado —dijo.
Se había sentado a mi lado. El perfume de su cuello y cabello repelió el del alcohol.
—Pero si ustedes se pueden cuidar solas —dije yo.
—Lo sé. Pero por si no te diste cuenta, mamá tiene la costumbre de estar poniendo a prueba a todo el mundo —Al decir esto, acercó su rostro y empezó a susurrar, como si lo que estuviera diciendo fuera un secreto. Creo que era la primera vez que la tenía tan cerca. Sus labios tan cerca…— Y casi siempre lo hace sin que el otro se de cuenta —siguió diciendo la mayor de las hermanas, develándome más cualidades desconocidas de mi mujer—. Estate seguro de que cuando ...