¿Nos grabamos? (I)
Fecha: 08/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dlacarne, Fuente: RelatosEróticos
Mi novio no me quitaba ojo, viendo como me arreglaba para salir. Lo vi por el reflejo del espejo, apoyado en la puerta de la habitación, concentrado mirándome el culo. Nuestras miradas reflejadas se cruzaron y le guiñé un ojo. Había quedado con Josh, un viejo amigo de la carrera al que hacía tiempo que no veía. Aún estaba en ropa interior, con un tanga de encaje negro y rojo y el sujetador a juego, apunto de ponerme un top de rejilla encima. Jack, mi novio, se acercó y me dio una palmada en el culo, agarrando uno de mis grandes cachetes con todo lo que le daba la mano; cuando me coloqué el top, metió las manos por debajo y me agarró las tetas.
-Estás buenísima - me dijo con la boca pegada a mi cuello, bien juntito a mí, notando en mi culo como algo se despertaba bajo su pantalón.
-Gracias, cariño – contesté dándome la vuelta y abrazándolo.
Me agarró con las dos manos bien el culo, magreándome, mientras nos fundíamos en un beso. Noté como apartó una de ellas para buscar algo en su pantalón y, al poco, escuché el sonido de la cámara de su móvil. Había echado una foto al espejo en la que se veía como nos enrollábamos, encuadrando bien al culo. Me reí y le seguí el rolló. Me puse en popa y le dije que echara otra. Me enseñó las dos sin parar de decirme cosas de lo mucho que le gustaba. Yo no podía parar de reír, ilusionada.
-Echa otra – le dije después de meter la mano en su pantalón y sacar su polla, ya bien erecta.
Me agaché a chupársela bajo el sonido de las ...
... ráfagas de fotos incesantes. Saber que me estaba fotografiando fue un estímulo extra para comerme aquel rabo grande que tanto me gustaba. Hasta que, de repente, cesó el sonido de la cámara y me dijo:
-¿Nos grabamos?
La mera idea me puso a tope y le di mi afirmativa mirándole a los ojos y metiéndome su polla hasta la campanilla.
Daba igual cuantas veces hubiese follado con él, para mí era irresistible y siempre me ponía a mil con solo mirarme. Y, en esta ocasión, con la cámara grabando, toda esa pasión se disparó. Me tumbó en la cama y me pasó el móvil. Me mordió el culo, me quitó el tanga y se puso a comerme el coño como un animal hambriento. Me agarraba de los muslos, subía sus manos hasta mis tetas, sin perder el ritmo ni la concentración en el cunnilingus. Y yo no perdía detalle, como si de la mejor camarógrafa de la historia se tratara.
Se levantó con la cara llena de babas y de mis fluidos. Se quitó el pantalón y los calzoncillos y no esperó más para clavarme mi polla favorita. Me puse a temblar y fue muy difícil mantener el pulso grabando. Echó una de mis piernas para un lado, me agarró de culo y muslo para follarme con fuerza. Se quitó la camiseta, mordiéndose el labio, poniendo la cara más sexy que había puesto en su vida. No podía más y le pasé el teléfono. Ya con las manos libres, grité y me agarré de los pelos, retorciéndome de placer. Sin parar de penetrarme, veía como iba grabando parte por parte: me tocaba el muslo superpuesto y hacía una panorámica ...