1. Espera, no lo desperdicies


    Fecha: 11/03/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    —Oye, ¿no crees que un chico de diecinueve años ya está en edad de...?
    
    —¡¿De tener novia?! ¡no! ¡Estás mal! —respondió Martha con contundencia—. Mi Danny debe terminar la carrera antes de poder tener novia. Mi hijo debe estudiar, y todavía luego conseguir un buen empleo antes de buscar mujer. Además, no quiero que una cualquier buscona me lo eche a perder sólo por... no. Él debe casarse con una chica preparada, que tenga la misma carrera para que se entiendan. Sólo así podrán tener un matrimonio sólido, estable.
    
    —¿Matrimonio? Pero cómo quieres que Daniel se case con la primera chica que conozca, así sin experiencia. Para eso sirven los noviazgos, para conocerse, para experimentar antes de...
    
    —¡¿Experimentar?! ¿Te refieres a tener sexo...? ¿Y luego para qué? Nada más para que trunque sus estudios y tenga que trabajar de cualquier manera para mantener mujer y escuincles. No, fíjate, estás muy equivocada, mi hijo es muy inteligente como para que desperdicie su talento así como así. Ay Elvira, cómo se ve que tú no sabes nada de ser madre.
    
    Martha había hablado duramente sin detenerse pese a que sus palabras podían lastimar a su amiga. Bien sabía que Elvira se había quedado sola luego de que todas sus hermanas se fueran de casa tras el matrimonio. Ella era la única que se había quedado soltera y, a su edad, le pesaba; una contestación como la dada por Martha era una forma de lastimarla en lo más hondo.
    
    Elvira guardó silencio tragando el dolor causado por su amiga ...
    ... pues era huésped en su casa. Además bien la conocía, Martha siempre se destacó por su duro carácter y por querer controlarlo todo; era por ello que su esposo la dejó.
    
    Elvira y Martha se conocían desde su infancia y se visitaban de vez en cuando desde aquellos años. Claro que ahora Martha ya tenía un hijo que iniciaba sus estudios universitarios mientras que Elvira aún seguía sola. Soltera y sola en la vieja casa de sus padres.
    
    De visita, luego de algunos años, Elvira se había dado cuenta de que su amiga aún ejercía un férreo dominio sobre su hijo pese a que éste ya era mayor de edad. Pese a esta circunstancia Martha lo dominaba, como cuando tenía diez años. Lo controlaba a tal punto que no salía con amigos, ni mucho menos chicas, y permanecía todo el día en casa, encerrado en su habitación. Elvira sabía que un joven de su edad debería salir, disfrutar de su vida, de su juventud; divertirse. Eso es lo que le había señalado pero era obvio que Martha no cambiaría; ella siempre querría controlarlo.
    
    —¿Para qué? ¿Para que me lo echen a perder? No, no, no. Mi Danny no necesita amigos, él está más seguro aquí en casa. Es un chico muy quieto, un buen niño —así respondía Martha a las opiniones de su amiga.
    
    Pero el hijo de Martha ya no era un niño, pues más allá de ser mayor de edad él ya tenía necesidades, necesidades de hombre; hasta Elvira se había dado cuenta. Daniel estaba necesitado de desahogar sus frustradas carencias sexuales. Hacía tiempo que sus deseos naturales le ...
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