1. Espera, no lo desperdicies


    Fecha: 11/03/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... que Martha se ennobleciera y aceptó desprenderse de su hijo por unos días, pese a que su recelo quedaba patente.
    
    Así, al día siguiente, Daniel acompañaba a Elvira en su viaje de regreso al sureste del país. Durante el trayecto Daniel iba tan callado como siempre. Elvira tuvo que romper el silencio tratando de hacer conversación mientras que él apenas si respondía escuetamente a sus preguntas.
    
    —¿Tienes novia Daniel?
    
    Éste se sonrojó y sin decir nada sólo movió repetidamente su cabeza negativamente. Elvira sonrió. Ella ya lo sabía, por supuesto, pero quería ver cómo reaccionaba.
    
    Una vez llegaron el clima caluroso se hizo sentir en el cuerpo de Daniel. Habían llegado de noche, aun así hacía un calor húmedo que inmediatamente lo hizo transpirar.
    
    Mientras iban hacia la casa de Elvira, quien le había dicho que quedaba cerca por lo que se dirigían a pie, Daniel pudo percibir el sonido del mar cercano. No lo podía ver pero era notoria su presencia al otro lado del bulevar, incluso distinguió su aroma. Siendo la primera vez que estaba tan cerca del océano ese olor quedó para siempre grabado en su memoria.
    
    Al llegar al centro de la ciudad el joven pudo apreciar la belleza del casco antiguo. Aquella zona evidenciaba que originalmente había sido una ciudad amurallada de tiempos de la colonia. El lugar lucía pintoresco, definitivamente era un sitio turístico.
    
    Al ser la primera ocasión en su vida que Daniel visitaba un lugar así le fascinó, los colores, la música, los ...
    ... olores, todo llenó sus sentidos.
    
    —Bonito, ¿verdad? —le dijo Elvira al notar su expresión mientras caminaban por la plaza principal—. Vente, te invito un helado.
    
    Lo llevó a uno de los establecimientos que estaban bajo los viejos portales que rodeaban la plaza.
    
    Para él, un joven que casi ni salía de su cuarto, aquello era otro mundo. Todo era tan bello, sobre todo las infaltables turistas que andaban por ahí. Aquellas chicas, muchas de rubios cabellos, u otras tan oscuras como el café, captaron su atención. Sus menudos cuerpos despertaban de manera natural sus instintos de reproducción. No lo notó pero hasta una pequeña cantidad de líquido lubricante que salía de su sexo manchó su pantalón evidenciando su excitación.
    
    Sin contenerse, Daniel veía embobado a las jovencillas quienes usaban prendas muy cortitas y ligeras, éstas dejaban ver mucha de su tersa piel.
    
    Elvira, dándose cuenta de lo que le ocurría al chico, lo dejó regocijarse del espectáculo mientras comían helado de frutilla. Para Daniel aquello era la viva imagen del paraíso.
    
    Tiempo más tarde:
    
    —Adelante Daniel —le dijo Elvira al llegar a su casa.
    
    La vivienda era una antigua casa, muy espaciosa y de techos altos. Los muebles lucían gastados pero bastante resistentes, hechos de madera su mayoría. Descascaradas figurillas de cerámica ornamentaban por doquier, además de viejos cuadros colgados de las paredes.
    
    —Mira, hoy ya es tarde, pero mañana te llevo de paseo. Te llevaré a recorrer el malecón y ...
«1...345...9»