1. En la oscuridad


    Fecha: 18/03/2024, Categorías: Hetero Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... alegra que se haya apagado la luz para poder sentirte tan cerca… llevo toda la tarde queriendo besarte –le dije al oído mientras ella buscaba acariciar mi cuerpo tal y como yo hacía con el suyo.
    
    Me coloqué otra vez tras ella para abrazarla mientras la besuqueaba una y otra vez en el cuello, solo que esta vez mis manos se colaron bajo su camiseta para acariciar sus pechos. Hacía mis besos más intensos, más largos, al tiempo que apartaba su sujetador para acariciarla y rozar sus pezones con mis dedos, como pellizcándolos, para hacer que se endureciesen. Los rodeaba con mis yemas, describiendo círculos sobre su areola, y no dejaba de respirar acelerado sobre su nuca. Masajeaba y apretaba sus senos, rozaba su escote… y todo lo hacía tratando de no dejarme ninguna parte de su ser sin recibir mimos y atenciones.
    
    Empecé a notar como colocaba sus brazos a la espalda buscando tocarme por encima del pantalón. Aquello me gustó tanto… Sentir como me acariciaba… que empecé a perder la cabeza de la excitación que me producía.
    
    Seguía rodeándola, levantando sus pechos con mi antebrazo izquierdo y jadeando mientras bajaba mi palma derecha por su piel hacia su pantalón, para percibirla levemente por su zona más íntima, presionando con mis dedos y dejando que se deslizara con lentitud hacia abajo. Desabroché sus vaqueros, tardando un poco. Era complicado quitar el botón, pero más aún bajar la cremallera con una sola mano. La espera, sin embargo, lo hacía más interesante. Cuando lo ...
    ... conseguí, pude acariciarla sobre su ropa interior, mientras ella me desabrochaba también y trataba de coger mi miembro sacándolo fuera de mi ropa.
    
    Continué, perdido por el deseo, y me colé por debajo de su tanga, pudiendo sentir como se humedecía y mojaba mis dedos cuando los dejaba resbalar sobre su clítoris. Trazaba dibujos imaginarios, rozándolo en círculos con las yemas y notando como se me hacía la boca agua de sentir aquel tacto tan resbaladizo, caliente y suave.
    
    En aquel momento empecé a notar como sus caricias se paseaban por todo el tronco, sus dedos se deslizaban hábilmente hacia la punta que empezaba a hincharse, enrojecerse y hacerse más sensible. Y a mí el ansia ya me podía.
    
    Comencé a bajarle despacio el pantalón, sintiendo al mismo tiempo sus muslos y acercándome a ella. Disfruté el roce de mi glande con su piel cuando estábamos pegados y nos empezábamos a mover hacia la mesa donde ella apoyó sus manos y se inclinó ligeramente hacia delante. Aquello hizo que mi sexo se rozara con su precioso trasero, que aún estaba cubierto por su ropa interior, pero no tarde en, sujetándola entre mi pulgar e índice, introducir mi parte más caliente entre sus piernas, dentro de su tanga, para que gozáramos de la calidez directa del otro mientras me quitaba la camiseta y volvía a poner una mano sobre sus tetas y la otra sobre su clítoris.
    
    Hacía círculos con mis caderas mientras no dejaba de besarla y acariciarla. Sentí como los dos empezábamos a necesitarnos, como surgía ...
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