1. La mamá de Joaquín, Cap 7 (Final)


    Fecha: 22/03/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... delicioso beso envenenado, y la nalgada hizo vibrar mi sexo.
    
    El dedo se entierra más y más. Creo que la segunda falange ya está adentro. El invasor hace movimientos circulares, mientras sigue profanado mi orifico trasero. De repente, la sutileza desaparece. De un solo movimiento, me introduce los centímetros que faltaban. Pego un grito, y me retuerzo en la cama. Y luego otro dedo empieza a hacerse espacio. Siento cómo mi carne se dilata. El dedo se mete una y otra vez adentro, hasta el fondo, mientras el segundo dedo ya casi puede emularlo. Grito de dolor, pero también de placer. Siento como sus extremidades se remueven adentro mío. No me preocupa que haya sorpresas desagradables, me estuve preparando para esto desde la mañana. Los dedos entran, con insistencia y violencia. El puño choca contra mis nalgas cada vez que se meten bien adentro. Ese golpe también me excita. Mi sexo está mojado. Me meto la mano en la entrepierna. Él sigue cumpliendo con su palabra, está tomando lo único que una mujer pobre y solitaria podría ofrecerle: Mi cuerpo. Y está haciendo con él lo que quiere.
    
    En mis piernas siento otro dedo. Más grueso. Mucho más grueso. Se siente cada vez más duro, a medida que viola mi ano con impunidad.
    
    De repente deja de introducir sus delgadas extremidades. Ya me imagino lo que viene. Así que me preparo. Me arrodillo sobre el colchón, y me pongo en cuatro.
    
    Él escupe sobre su mano, y la frota sobre mi culo, dejándomelo lleno de saliva.
    
    Separa mis ...
    ... nalgas, como si no estuviesen ya lo suficientemente abiertas. Apoya el glande sobre el anillo palpitante. Se aferra a mis caderas, y ahora sí, un suave y corto movimiento pélvico.
    
    La primera impresión es que no podré aguantar más que eso: la cabeza de su sexo avanzando apenas unos milímetros en mi interior. Pero en vez de retirarla, para volverla a meter, como esperaba que sucediera, empuja más.
    
    Grito de dolor. Mi postura de perra no resistió. Quedo con el cuerpo extendido sobre la cama. Él se sienta en cuclillas sobre mí. Con una mano, agarra un enorme mechón de pelo y lo tironea. Mi cabeza se yergue. Mi cuero cabelludo duele. Con la otra mano, se ayuda a apuntar su lanza nuevamente sobre mi cueva. Se entierra otra vez en mí. Mientras sigue aferrado a mi pelo, como si fuera la montura de un caballo. El intruso me cabalga. Es un semental que no va a perder sus energías fácilmente. Se entierra cada vez más en mí. Es increíble que tremendo instrumento quepe en mi interior. Duele. Duele mucho. Pero se siente fascinante. Grito y gimo de placer. Lo siento estremecerse sobre mí. Larga un gemido rabioso en mi oído. Su semen se eyecta adentro mío. Nunca lo sentí tan cerca. Retira se sexo, con cuidado. Quedo boca abajo, adolorida y sometida. Satisfecha y sedienta. Entonces me doy cuenta de que estoy llorando.
    
    Pitu
    
    Salió del baño, un toque seria. Estaba en pelotas y con el cuerpo medio mojado. Se recostó en la cama y yo la abracé.
    
    —¿Estás bien preciosa? —le dije.
    
    Le di un ...
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