Marisqueada
Fecha: 28/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos
... lo saben los lectores y el padre que me confiesa, quien no siempre es el mismo, desde que ya no voy con el lujurioso que pedía detalles (¡hasta le tuve que dar la dirección donde habíamos subido mis fotos!, ¡Qué bueno que ya cerraron ese sitio web!). Todo eso lo saben los lectores, pero nunca faltan los que sólo han leído un relato mí y me preguntan cosas que están en otros; Yo los mando a que los lean, pero no es costumbre que lo hagan.
Sin embargo, el miércoles releí las recetas que hicimos Tita y yo: “Crema batida”, la cual comienza con “Se toma un plátano macho y se agita fuertemente durante unos minutos para que suelte la crema a chorros”; otra más, llamada “Tamal de pescado con salsa blanca”, es para que la prepare un hombre y dice así: “Tome un tamal con olor y sabor a pescado. Abra un poco las hojas, lo suficiente para introducirle un chile a manera de inyección. Agite fuertemente el chile dentro del tamal hasta que escurra en el interior suficiente salsa blanca. Descanse un poco, sin sacar el chile y aproveche el tiempo para degustar un par de ubres sudadas, oprimiéndolas suavemente con los labios y las manos. Cuando el chile se haya salido, cambie de posición para que la dueña del tamal chupe el chile en tanto que usted degusta la salsa y el contenido de jugos del tamal. Si desea cocina de alto nivel, puede rellenar el tamal con la salsa de varios chiles y dejar reposar minutos u horas entre un chile y otro.”
Pero la mejor fue la marisqueada: Pulpa de Jaiba, ...
... Almeja en su concha, etc. Los mariscos son afrodisiacos para el hombre, dice la tradición y no está errada. Sin embargo, no a todos les parece así, sólo a aquellos que gustan del olor y del sabor fuertes de la vulva pues los mariscos y pescados pueden llegar a tener ese olor y sabor de la mujer que quiere ser preñada y lo intenta varias veces al día. Para aspirar y degustar la exquisitez máxima es necesario hacer una buena preparación: Habrá que rociar abundantemente la almeja con leche bronca varias veces en el día, cuidando de que no haya otro sabor más (evitar principalmente el agua y cualquier otra sustancia que demerite el proceso). En los lapsos que no pueda verter leche, puede estimular con masajes el botón y las partes más sensibles del marisco, no importando que se desprendan vellos por la fricción, para que la almeja suelte buena parte de su jugo que es imprescindible para marinar y que la leche se fermente. Cuando el olor pueda atraer al comensal sin necesidad de llamar a éste, dele una entrada previa de ubre tibia y suave (hay quienes las prefieren algo bofas, es cuestión de gustos y de lo que la cocinera tenga) para que pase a saborear el plato fuerte, que seguramente durante la degustación sacará más jugo. Es de buen gusto acompañarlo con una ordeña oral.
La almeja, cuando se tienen diferentes comensales y se les ofrece a todos para que la degusten (individualmente o en grupo), tiene muchas virtudes para la dueña, entre ellas la del políglota pues se conocen ...