1. Marisqueada


    Fecha: 28/03/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    ... muchas lenguas.
    
    En esta ocasión, puesto que jueves y viernes no trabajó Ramón, mi marido, el maratón y recolección de leche inició desde el miércoles en la noche. El tiempo de descanso fue mayor, así que tuve tiempo de atender correspondencia, la cual seguía con olor a mariscos: “¿Qué tal?, ¿cómo está esa almejita rica?”, que yo contestaba “Babeando, con ganas de pecar, después de misa, claro.” o también “Espero que mi marido se le antoje mi almeja que huele a jaiba de tanto uso que le dio, hoy es día de mariscos y pescado”. También me enviaron la foto de un buen ejemplar, en descanso y sin pelos con la recomendación “por si se te antoja un camaroncito”, ja, ja, ja, ¡y sí! cuando están en reposo, reponiéndose del fragor de tantos disparos, parecen un camarón. Contesté “me chupé el que me encontré en la cama y aumentó de tamaño, hasta los sesos se le salieron”.
    
    El sábado, al despertarme, mi marido me cantó “Te voy a cambiar el nombre/ ahora te llamaras Gloria”. “¿Por qué Gloria?” pregunté. “Porque hoy la Gloria se abre y quiero entrar en ella”, me dijo con el palote muy crecido, y, abriéndome las piernas, ¡entró en la Gloria! ¡Fue divino!
    
    El domingo, después que el sábado disfruto de muchas posiciones y me regó las tres entradas, pensé que habría poca acción, ¡pero no!, lo primero que vi al abrir los ojos fue una vergota con gotas de presemen en el glande. “¿Quieres desayunar…?”, me preguntó. Antes de abrir la boca para tomar mi biberón, le pregunté “¿Por qué ...
    ... la traes tan crecida?”, “Es que es domingo de resurrección, y se levantó para ir al Paraíso”, me contestó y abrí la boca…
    
    Debo aclarar que yo no me bañe desde el jueves, imagínense como olíamos el lunes… ¡A puro pescado! Yo tenía las nalgas y las axilas bañadas varias veces con el sudor de las cabalgatas, además, me embarraba toda la leche que no entraba, la que se regaba en la panza o en la espalda.
    
    Hoy, lunes 10, mi marido me dijo “Vamos a bañarnos, vieja cochina, ¡apestas a pura cogida y sudor!”. “Báñate tú, yo te voy a hacer de desayunar y me bañaré más tarde”, le contesté y fui a hacerle el desayuno. Al salir mi marido, le envié un mensaje a Bernabé: “Tu desayuno está listo, amor, al rato te lo llevo”. “Te espero, no tardes”, fue la respuesta. Llegué con mi amante y en un santiamén ya estábamos en la cama. Él, con la verga bien parada, me olió y lamió todo el cuerpo, sin dejar una zona por donde pasara la lengua. No sé cuántas veces se vino, sólo recuerdo la del 69 que fue abundante y la de la enculada en la ducha.
    
    Limpiecita, llegué a mi casa y sonó el celular: “¿Cómo está mi esposa amada?”, preguntó mi marido. “Además de muy amada, también ya estoy limpia y bañada”, contesté. “¿Acaso lo segundo no implica lo primero?”, preguntó creyendo que cometí un pleonasmo. “No, papi, la limpieza es lenta, la hago por partes para gozar del olor y sabor del semen que me dejaste. Después, ya limpiecita, me baño muy bien con jabón”, le aclaré. ¡Qué Semana Santa, plena de ...