1. Su fantasía ideal


    Fecha: 18/10/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... despeinada e imagino que su sexo rebosaba humedad. Y él, no lo dudo, debía tener su verga totalmente erecta y dispuesta a hacer de las suyas.
    
    Una vez dentro bajé del vehículo y les dije que me esperaran unos momentos mientras revisaba cómo estaba todo. Lo que quería era encender el incienso, conectar la música y disponer la iluminación de la manera más convenientes y sensual. En eso habré tardado de tres a cinco minutos y no atino a imaginar todo lo que pudieron hacer durante ese tiempo; lo cierto es que ella bajó del vehículo acomodándose su blusa, su falda y pidiéndome que le buscara unos de sus aretes. Aquel, por lo visto, la había revolcado bastante antes de mi llegada…
    
    Entraron ellos dos al lugar sin reparar en mí, que les seguía de cerca. Y no más entrar, aquel muchacho empezó a comportarse como siguiendo el libreto de una película porno. Inicialmente llevó a mi esposa a la habitación y ahí, frente a un espejo, empezó a acariciar todo su cuerpo, sobre la ropa, haciendo que las manos de ella guiaran las suyas por aquellos lugares donde al parecer se sentía mayor placer. Todo esto mientras le daba unos largos y profundos besos, que ella para nada rechazaba. Por el contrario, promovía cada vez más...
    
    Poco a poco la pasión iba en aumento pero él, buscando ampliar los preliminares al máximo, continuaba besando a mi mujer y acariciándola por todas partes. Estrechados sus cuerpos en un íntimo abrazo, ella debió sentir la dureza de su miembro y él la animó sin ...
    ... palabras a que hiciera lo que le llamara la atención. Y ella, como siguiendo el patrón establecido para la noche, entendió el silencioso mensaje. Colocó los brazos alrededor de su cuello y levanto sus piernas, entrelazándolas detrás de sus nalgas. El inclino su cuerpo hacia adelante, como si quisiera penetrarla allí mismo, lo cual resultaba imposible pues aún tenían puestas sus ropas.
    
    Después, quizá incómodos para mantener por mucho tiempo esa posición, ella volvió a quedar de pié. El, entonces, se arrodillo frente a ella, levantó su falda y se dedicó a acariciar sus muslos, pasando sus manos cerca de su sexo, el cual manipulaba de cuando en vez. Y lo mismo hacía con su boca; besaba y besaba, aquí y allá, sus muslos, sus piernas, su sexo… Casi la desnuda, ahí mismo, pero él descubría partes de su cuerpo y, casi de inmediato, las volvía a cubrir. Y ella, encantada…
    
    A continuación él decidió cambiar de escenario y, tomándola de la mano, la llevo consigo hacia la pista de baile. La arrinconó contra una pared llena de espejos, tomo sus manos firmemente y abrió sus brazos a los lados, como crucificándola, mientras con su boca le daba un profundo y húmedo beso, como si su largo y duro pene ya estuviera penetrándola. Y tal vez era una sutil sugerencia ya que su pelvis, mientras tanto, presionaba contra el sexo de ella. Aquello parecía un combate cuerpo a cuerpo, pues aquellos brazos subían y bajaban, sus cuerpos empujaban, iban adelante atrás, se mecían a los lados y continuaban ...
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