Nuestro primer e inesperado trío (parte 2)
Fecha: 29/03/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos
... había sido contenido por nubes blancas. Entramos al agua de un brinco, pero Ana permaneció afuera.
- ¿Por qué no entras? – preguntó Fernando.
- Antes de mojarme el cabello, quiero algunas fotografías – se acercó al sitio donde pusimos nuestros celulares y toallas, tomó la suya y mi celular y me lo dio – tómame una así.
Restiró su toalla al borde de la piscina y se recostó sobre ella, de costado apoyada en su brazo cual modelo con las casas detrás de ella.
- Listo – las fotos salieron perfectas – a ver, cambia de pose.
Se puso de pie y luego de rodillas con los brazos sobre su cintura, ¡qué hermosa se veía! Cambió de pose y cruzó sus brazos debajo de sus pechos, los cuales enfoqué y salieron perfectos.
- A ver, siéntate al borde y sumerge tus pies en el agua – dijo Fernando.
Ana se sentó con sus piernas juntas sobre el borde, sumergiendo sus tobillos en el agua y apoyando sus brazos en el borde y sobre sus piernas.
- Ahora abre más las piernas, mi amor – le dije. Las abrió y su linda tanga salió en las fotografías.
- Una pose más sexy, por favor – pidió Fernando. Ella abrió aún más sus piernas y se veían sus bellas ingles.
- Algo más atrevido, anda – insistió nuestro amigo. Ella sacó los tobillos del agua, se apoyó con sus brazos atrás y colocó sus pies sobre el borde. Su cara de actriz porno y su tanga no se le escaparon a mi lente.
- Eso, a ver algo más atrevido – le pedí yo. Ana hizo a un lado la tanga – qué rico, mami – mi celular no paraba ...
... de fotografiarla.
- Danos más – Fernando ya estaba ardiendo de deseo y creo que se estaba masturbando bajo el agua, porque su mano derecha estaba sumergida frente a él.
Ana volteó hacia la puerta y al ver que no venía nadie, sumergió sus pies de nuevo en el agua, pero esta vez, se sacó las tetas del sujetador. Las poses se hacían cada vez más eróticas: ella sosteniendo sus pechos, con los brazos extendidos, recogiendo su cabello. Finalmente se atrevió y se despojó del sujetador. Sus poses eran increíbles: recostada de lado, dejando caer sus pechos o sosteniéndolos; cubriendo sus pezones o solo uno de ellos; llevándoselos a su boca. Era una maravilla.
De repente escuchamos un ruido muy fuerte. Era la puerta de mantenimiento, un vigilante quería entrar.
El pánico se apoderó de Ana y se arrojó al agua, cubriendo su cuerpo y dejando fuera la cabeza. Yo puse mi celular en la toalla y tomé su sujetador. El forcejeo con la puerta era más intenso, no había tiempo que perder. Le hice señas a Fernando para que disimulara, llevé a Ana a una esquina y de prisa le ayudé a colocarse el sujetador. Antes de que termináramos se escuchó un fuerte golpe, la puerta cedió y el guardia logró entrar.
Fernando nadaba de un lado a otro, Ana dejó su cuerpo sumergido y yo me dispuse a flotar boca arriba, pues el susto mortal había terminado con mi erección.
El vigilante entró y nos saludó cortésmente con un “Buenas tardes”. Fernando y yo simulamos continuar una conversación sobre una ...